Empezamos escribiendo esta columna después de perder en tiempo extra con mi equipo de mis amores, el Corre Club en flag football, ya que estamos algo veteranos para seguir jugando equipados.
Me doy cuenta de que ya no somos jóvenes promesas como en aquel lejano 2010.
Sigamos con el chisme de la ONEFA. Los equipos se negaron a revelar los promedios académicos de sus jugadores. Su justificación fue: “No se puede porque después en las redes sociales nos destrozan”.
La verdad, son pocos los jugadores que pueden malabarear el ser atletas y alumnos a la vez, sobre todo si eliges una ingeniería o alguna carrera del sector salud. En realidad, no importa la disciplina que practiques: hacer ambas cosas es complicado, y más cuando cada partido te deja como si te hubieran “reseteado el casete”.
No me refiero a ti, unicornio único y diferente que sacabas puro 10 y además brillabas en el emparrillado. Hablo del otro 95% de nosotros, los mortales. En mi caso, era difícil concentrarme en la prepa cuando solo pensaba en practicar o jugar el deporte que amaba (el primer amor de muchos). Fue en la universidad cuando entendí que el americano no sería para siempre (al menos para mí), y ahí aprendí a equilibrar notas y deporte.
Por eso entiendo por qué los equipos no quieren que se publiquen los promedios de sus jugadores, aunque también sé que la transparencia es necesaria.
Mi consejo como viejo lobo de mar es este: si ya estás en el máximo nivel, sácale todo el provecho a tu universidad. No pasa nada si tomas menos materias; recuerda que son carreras, no carreritas.
Cambiando de tema, aunque no de deporte: la Semana 1 de la NFL solo nos dejó con ganas de más, sobre todo porque nos consintió colocando partidos en jueves, viernes, domingo todo el día y el Monday Night.
El equipo mata-quinielas de la semana fueron los Dolphins, ya que Tua Tangamandapio no te completaba un pase a 5 yardas y Daniel Jones jugó como Andrew Luck en su prime.
Mis Cowboys dieron pelea hasta el final contra su acérrimo rival y actual campeón, las Águilas de Philadelphia.
Okay, Justin Herbert, ya deja de presumir: mides casi 2 metros, eres la estrella de tu equipo, venciste a los Chiefs y estás saliendo con Madison Beer. Solo logras que me arrepienta de no elegirte en el Draft de mi Fantasy (que, por cierto, gané en la semana 1; saludos a mi cliente Yeyo).
Hablando de jugadores que miden casi 2 metros y salen con actrices, Josh Allen escuchó los cánticos de MVP para Lamar Jackson en su casa y remontó un marcador de más de 15 puntos. Fue la primera vez en la historia de la NFL que un equipo logra remontar esa diferencia en los últimos cuatro minutos y gana en tiempo regular.
La jornada arranca el jueves por la noche con un duelo entre los Packers y los Commanders en Lambeau Field, un partido que promete intensidad desde el arranque. El domingo se jugarán varios encuentros clave, especialmente en la franja de la 1 p.m. (hora del Este), donde destacan los enfrentamientos divisionales como Ravens contra Browns, Jets frente a Bills, y Dolphins recibiendo a los Patriots. También habrá duelos interesantes como Steelers vs. Seahawks y Giants vs. Cowboys, que siempre traen rivalidad histórica.
Más tarde, en la tarde del domingo, los Falcons se enfrentan a los Vikings en el horario estelar nocturno.
La semana cierra el lunes con doble cartelera: primero los Buccaneers se miden ante los Texans, y luego los Chargers se enfrentan a los Raiders en un clásico del oeste que suele ser explosivo.
Para mí, los partidos más atractivos son los Bucs de Baker Mayfield, que visitan a C.J. Stroud en Houston el lunes a las 17 horas, y la revancha del Super Bowl, donde los Chiefs tratarán de abollarle la corona a los Philadelphia Eagles en Arrowhead en el horario estelar de la tarde.
De momento es todo, pero nos leemos el próximo miércoles con más Rudeza Innecesaria.
moc.liamg@229059rawna