Por Carlos López Arriaga
Cd. Victoria, Tam.- Pensando en la puja presidencial del 2030, ¿hay nicho de mercado para posicionar desde ahora a un rugiente campeón de la derecha radical que blasfeme contra el poder omnímodo del Estado, aborrezca los programas sociales, prometa el paraíso al sector privado y garantice con puño duro el orden social?
Para ese papel se apunta el magnate RICARDO SALINAS PLIEGO, capitán de un holding empresarial que incluye red bancaria, empresas televisoras, servicios de Internet y la cadena familiar de mueblerías.
Protagónico y tajante en sus juicios, montado en el modelo de DONALD TRUMP, el “Tío RICHIE” estrenó un membrete denominado Movimiento Anticrimen y Anticorrupción (MAAC). Mismas siglas pero en distinto orden de MACA (Make América Great Again), la plataforma trumpiana.
Se presenta como alguien dispuesto a imponer, con disciplina implacable, el recetario del Nobel neoyorquino MILTON FRIEDMAN o su caricatura mexicana LUIS PAZOS.
Como BERLUSCONI en Italia hasta 2011; MILEI en Argentina desde 2023; BUKELE en El Salvador a partir de 2019 o los gringos REAGAN (1981-1989) y TRUMP en dos ocasiones (2017-2021 y 2025 en adelante).
El próximo 19 de octubre, RICARDO cumple 70 años. Parece regio (o, más bien, sampetrino) pero es chilango hijo de regios. Para el 2030 estaría por cumplir 75. Lo cual no es raro, TRUMP cumplió 79 este junio.
Si además consideramos que (1) la oposición tradicional (PRIAN) carece de cartas fuertes, es decir, figuras vigorosas que puedan cohesionar y darle rumbo, (2) debilidad que ambos partidos arrastran desde CALDERÓN y MADRAZO en 2006; "VÁZQUEZ MOTA y PEÑA en 2012, hasta XÓCHITL en 2024" , pues entonces (3) dicho vacío podría ser llenado por un aspirante externo. ¿El barón del Ajusco?
OTROS CASOS
Pero no es el único antiestatista radical que ha pasado por la arena electoral de Estados Unidos. Ni todos tienen el éxito de TRUMP. Se recuerda al archimillonario texano ROSS PEROT en los años noventa.
Su narrativa parecía calcar la de REAGAN. Enemigo de los impuestos y del gasto, partidario de recortes drásticos al presupuesto y de eliminar trabas regulatorias a la élite rica de ese país.
En aquel noviembre de 1993 sucedieron muchas cosas. El día 3 había perdido el primer BUSH (padre) la campaña de relección, derrotado por el demócrata BILL CLINTON.
Candidato independiente, el millonario PEROT había quedado en tercer lugar, sin un solo voto en el Colegio Electoral, pero con un preocupante 18.91% en el voto popular. Influencia nada despreciable en la opinión pública.
El Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) estaba firmado desde 1992 por SALINAS, BUSH y el canadiense MULRONEY. El paso final sería su ratificación en las cámaras de los tres países.
La luz verde parecía de mero trámite en el poder legislativo de México y Canadá. La bronca era el Congreso gringo. La bancada republicana. La votación estaba programada para el día 17 en la Cámara de Representantes y el 20 en el Senado.
Y era de tal magnitud la presión conservadora de ROSS PEROT que el millonario llegó a desafiar al presidente electo BILL CLINTON al exigirle un debate televisivo para contraponer sus puntos de vista sobre el TLCAN.
Se sabía que CLINTON coincidía con el derrotado BUSH en la viabilidad del Tratado. Pero el nuevo mandatario rechazaba la idea de debatir con un perdedor como PEROT. Por eso decidió que subiera al ring el vicepresidente electo AL GORE .
EL ENCUENTRO
La fecha acordada fue el 9 de noviembre en la cadena CNN y tendría por moderador a LARRY KING. Para GORE era la oportunidad de lucir músculo; pensando en sus aspiraciones presidenciales.
PEROT destacaba por su habilidad para exponer los ideales y temores de la derecha más arcaica en frases claras y altisonantes de alto impacto. Virtud que 25 años después veríamos en TRUMP.
Por ello ROSS arrancó el debate lanzando toda su artillería contra las regulaciones gubernamentales, la deuda federal, el gasto social, los impuestos. El recetario neoliberal completo, con voz chillona y mirada inquisitiva.
Más técnico, GORE esperó a que su oponente mostrara sus armas. Entonces contraatacó por un flanco inesperado. Le demostró a PEROT que su postura antiestatista era una simulación, pues el viejo ricachón había vivido del gobierno todo el tiempo. Oscuros negocios a la sombra del poder con total ausencia de ética.
Fueron estos golpes los que definieron al ganador. Desde su esquina, PEROT chillaba. Al final, un sondeo de GALLUP daba el triunfo a GORE con 59% contra el 32% de PEROT.
Victoria clara para el TLCAN. En la siguiente semana, el día 17, la Cámara de Representantes aprobó el Tratado con 234 votos a favor y 200 en contra. El Senado hizo lo mismo el día 20, con 61 votos contra 38.
De aquí el gran dilema de RICARDO SALINAS. ¿Seguirá el camino venturoso de TRUMP o la frustrada ruta de PEROT?... Similitudes hay, a partir de los privilegios que gozó con el Estado que ahora dice criticar. Sus amores con MORENA en la primera mitad del sexenio obradorista.
Que TV AZTECA haya tenido del convenio de publicidad más alto de todos los medios nacionales, muy superior al de TELEVISA. Que el BANCO AZTECA haya sido intermediario financiero en la dispersión de becas y pensiones, concesión otorgada sin mediar concurso, por la pura amistad con RICARDO, quien celebró con AMLO la noche del triunfo en 2018. Y tantos negocios más. La historia es más larga, desde luego. Veremos.
BUZÓN: [email protected]
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