Sin condiciones catastróficas, las lluvias son bendiciones y la situación es manejable, puntualizó esta tarde el gobernador del estado Américo Villarreal Anaya.
"Las lluvias son bendiciones", dijo de entrada al ser entrevistado respecto al saldo de las precipitaciones pluviales que se han registrado en la entidad.
Al sostener un encuentro con representantes de diferentes medios de comunicación en el patio central de Palacio de Gobierno, el titular del Ejecutivo en el Estado recordó la severa sequía que afectó la zona conurbada hace dos años.
"Después de padecer años de sequía y haber tenido experiencias tan fuertes como lo que sucedió en la zona conurbada cuando hace dos años estábamos al uno por ciento del sistema lagunario, entonces preferimos batallar con los encharcamientos a tener la falta de agua", reflexionó.
En la mesa de seguridad, dijo, se informó que las mayores precipitaciones fueron de hasta 125 milímetros, y se registraron en la zona conurbada de Altamira, Tampico y Ciudad Madero, con encharcamientos de hasta 50 centímetros.
En ese sentido, señaló que las bombas de Conagua y de la Secretaría de Recursos Hidráulicos están activadas para el desalojo del agua.
"Afortunadamente no ha sido ninguna condición catastrófica sino manejable", mencionó.
El Gobernador del Estado aseguró que la situación es manejable y que no hay albergues abiertos ni familias afectadas hasta el momento; "simplemente atender con oportunidad este tipo de situaciones para que no escalen”.