“Los tribunales electorales somos árbitros. Los árbitros suelen ser incómodos para los jugadores, especialmente cuando son rigurosos a la hora de aplicar la ley. El arbitraje es muy complicado porque regularmente no deja contento a nadie: el que gana dice que lo hizo a pesar del árbitro y el que pierde dice que fue por culpa del árbitro”.
El magistrado Edgar Danés Rojas miembro del Tribunal Electoral de Tamaulipas dijo que los tribunales electorales y magistrados no se dedican hacer cálculos políticos, su tarea es aplicar la ley y eso puede no gustarle a alguien, por eso es entendible, no justificable, se emitan descalificaciones sobre el árbitro.
¿Existe algún tipo de presión hacia el Tribunal Electoral por parte del gobierno o de los actores políticos que intervienen en el proceso electoral?
“Nadie puede negar que en toda elección existan circunstancias de facto que también forman parte de la lucha política. Los tribunales electorales son instituciones de control del poder político, por eso no resulta extraño que bajo ciertas circunstancias se intente influir en sus determinaciones. Pero una cosa es la presión y otra que uno, como magistrado, ceda ante ella”, sostuvo.
Cuestionado sobre los retos que enfrentará el Tribunal Electoral de Tamaulipas en el proceso electoral 2020-2021 señaló la necesidad de poner en marcha de manera muy escrupulosa las nuevas disposiciones legales en materia de paridad de género y de violencia política contra las mujeres. “Sin lugar a dudas las mujeres han estado avanzando en la consolidación de sus derechos político-electorales y en la obtención de más espacios en la vida pública, que es necesario garantizar desde el Tribunal”.
Ante los señalamientos de algunos institutos y actores políticos de querer concentrar en un solo tribunal la resolución de los conflictos electorales, comentó:
“Si queremos seguir avanzando en la defensa de los derechos político electorales de los ciudadanos y si queremos consolidar nuestra democracia, el único futuro que le veo a los tribunales electorales es su fortalecimiento”.
Sostuvo que los tribunales electorales hacen efectivo el derecho de votar y a ser votado; valida la voluntad ciudadana expresada en las urnas; protegemos los derechos políticos de las mujeres y el interés superior de los menores; garantiza la autodeterminación de los partidos políticos, y asegura que el los candidatos, los partidos y las autoridades electorales apegue sus actos a la ley.
“Los tribunales electorales son una institución vital para el funcionamiento de la democracia, sin ellos simplemente no hay democracia asegurada”, recalcó.
¿Que necesita el Tribunal Electoral de Tamaulipas para funcionar mejor?
“La pandemia puso al descubierto la necesidad de aprovechar la tecnología en beneficio de la justicia electoral implementando los juicios en línea que son una manera rápida, sencilla y eficiente de presentar una demanda, interponer los recursos legales, comparecer como parte interesada, promover incidentes y consultar expedientes de manera remota, desde cualquier parte y en cualquier momento. Es una medida que no excluye a nadie y que maximiza el ejercicio y protección de los derechos humanos. Esa sería en mi opinión la tarea pendiente”.
Entre sorbos a la taza de café y anotaciones para la clase de maestría en Derecho Constitucional que imparte en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, cuestiona a los partidos políticos.
“Es un hecho innegable que los partidos políticos nacionales no están pasando precisamente por su mejor momento. La existencia de corrientes internas en los partidos complica mucho la toma de decisiones fundamentales, como el relevo de dirigentes o la postulación de candidatos”.
Y continuó diciendo que para llegar a acuerdos se convierten en litigios jurídicos que vienen a dar a los tribunales. Muchas de las diferencias domésticas de los partidos políticos se resuelven en los tribunales no ellos, por eso los magistrados conocen cuáles son los problemas que más aquejan la vida interna de los partidos.
“Pero la existencia de esas diferencias internas no significa necesariamente vacíos democráticos porque la democracia consiste precisamente en la confrontación de ideas, en la discusión y el debate. Como en el futbol donde se dan patadas, lo que no significa violencia”.
El magistrado Danés Rojas doctorado por la Universidad de Complutense de Madrid, hace referencia a los retos que tendrá el nuevo proceso electoral y externó que el principal reto es el dinero. Si lo que se quiere es un proceso electoral a la altura de los ciudadanos, las previsiones financieras son un elemento esencial. Sin presupuesto suficiente, las complejas tareas de organización de una elección pueden verse sensiblemente afectadas, aseguró.
“Otro de los retos de mayor importancia es sin duda la conjugación del tema de la pandemia con la democracia. Aunque faltan meses por transcurrir para que se lleve a cabo la elección, sí es necesario tomar las prevenciones necesarias para proteger la salud tanto de los candidatos y sus equipos de campaña como la de los funcionarios de casilla y los ciudadanos que acudirán a votar. La experiencia de las elecciones de Coahuila e Hidalgo en este año, nos pueden servir mucho”.
Otro de los que es muy actual es el de las redes sociales. “Este modelo de comunicación política es como una navaja de dos filos. Las redes sociales pueden servir para difundir información valiosa para el ciudadano pero también para potenciar la desinformación. Hay que vigilar bien que no sumen a la polarización ni al discurso de odio o descalificación de los contendientes con noticias falsas o con el uso de bots”.
Autor de varios libros en materia de derecho el magistrado Danés Rojas externó su punto de vista sobre la democracia.
La alternancia es uno de los principales indicadores de la democracia. ¿Cuál sería el balance que usted haría en este tema?
“Efectivamente, la alternancia es un indicador democrático pero en nuestro país, como en otros, no ha sido suficiente para resolver los problemas de la gente. Frente a los ojos ciudadanos, la alternancia no ha significado precisamente mejores gobiernos”.
Insistió en que la más importante es que existe actualmente una clase política endogámica que ha impedido la oxigenación de lo público. Hacen falta más jóvenes y más mujeres en la política que refresquen el discurso, eleven el debate y rescaten la credibilidad ciudadana con propuestas que se cumplan, aseveró.
Pese a los diversos escenarios que se plantean en el país, aseguró:
“La democracia no está en crisis, lo que sí está en crisis son la política y los políticos. En este tema la percepción de la gente es pesimista, los principales analistas de este tema coinciden en afirmar que en nuestro país hay desencanto y desconfianza ciudadana hacia la clase política”.
¿A qué cree que se deba ese pesimismo sobre lo público?
“Muchos estudiosos de este tema sostienen que el origen de la decepción ciudadana está en gran medida a que durante las campañas electorales, los candidatos prometen mucho, y una vez en el gobierno cumplen poco”.
Y recalcó: “Esta decepción es una de las principales causas del abstencionismo electoral. El ciudadano común se pregunta para qué ir a votar si los gobernantes no han tenido la capacidad de resolver los problemas que más les aquejan como la atención de su salud, la falta de agua, de empleo o la inseguridad”.
Edgar Danés, concluyó diciendo: “Hay una severa crisis de representación en México. Un estudio reciente, publicado por la UNAM concluye que la gente común piensa que sus representantes políticos en realidad no los representan y que los únicos intereses que defienden son los propios” .