“CONGRESOS UAT: ¡REGÁLATE UN LATIDO! HISTORIA DE UNA MUJER QUE SUFRE VIOLENCIA”

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Por Brenda Kelly y Jorge Lera

El próximo 4 al 19 de noviembre, durante 15 días se celebrará el 5º Congreso Internacional UAT Eumed “Desigualdad Social, Género y Precarización: Mujeres en Acción”, el cual ya cuenta con 35 ensayos y ponencias registradas, de 5 países, a saber: España, Cuba, Ecuador, Canadá y México.

http://congresos.eumed.net/congresos/50/

La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), en forma conjunta con las universidades de Málaga, Murcia, Cádiz y la Universidad Autónoma de Chapingo, vienen organizando esta serie de foros que tienen como temas centrales, la pobreza y las desigualdades social y educativa.

En esta ocasión, el director de la Unidad Académica de Ciencias, Educación y Humanidades (UAMCEH) de la UAT, y la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación (FCCE) de la Universidad de Málaga, se coordinan para que sea un éxito la celebración de este foro que se organiza por 5º año consecutivo.

A la fecha ya se encuentran inscritas 35 ponencias y ensayos académicos que abordan el sensible tema de la falta de equidad entre hombres y las mujeres en la sociedad actual, así como temas laborales, ingresos, violencia de género, entre otras disertaciones. Por ello, a continuación, me voy a permitir hacer una síntesis de uno de los trabajos registrados, qué por su contenido y mensaje, siento que muestra lo importante de estos seminarios y foros.

Este articulo está basado en hechos reales. A la fecha, el caso sigue en los tribunales. Historia de un amor unilateral en la que ella fue víctima de su cónyuge, de una amiga y de otro hombre.

Ella, una mujer profesional, con una carrera con éxito, con una reciente fundación enfocada a la educación integral de la mujer, pareja y familia con muchas ganas de ser y hacer una pareja armoniosa y amada.

El presente trabajo, se basa en el método de “historias de vida”, por lo que es un estudio de caso, experiencias y procesos jurídicos, que busca ser un testimonio inédito para generar conciencias. Se narra aquí, una historia de terror orquestada para robarle su tranquilidad, sus sueños, su intimidad sexual, sus ahorros, su trabajo, su economía, su patrimonio hasta su dignidad.

Pasó por un laberinto de trampas, superó pruebas de vida que notoriamente eran planeadas y premeditadas para lastimarla y dañar no solo su estabilidad emocional o psicológica, sino económica y patrimonial al grado de pretender dejarla sin integridad.

Hoy por hoy, Ella lucha en los tribunales, qué gracias a investigaciones personales, cuenta con pruebas de su complicidad. Ahora es sólo cuestión que las autoridades hagan lo que les corresponde.

En diferentes países y en diferentes escenarios de la vida cotidiana como en el ámbito laboral, social, familiar hasta religioso, se habla sobre la equidad e igualdad y violencia de género. Todos en algún momento hemos opinado al respecto, sin embargo, pocos hemos hecho algo respecto para combatir y transformar por lo menos una vida.

De opinar a actuar hay una gran distancia. Quién toma distancia critica a estos problemas temo decirle que la vida nos alcanza en algún momento para aprender lecciones trascendentales. Este, es justo mi caso, la vida me llevó a experimentar en carne propia un capitulo, de dos años de matrimonio en su historia que ha sido un parteaguas y la ha llevado a vivir y sufrir el sistema legal en México que está muy lejos de proteger a sus víctimas, peor cuando se presentan casos complejos no solo de violencia física, emocional, psicológica sino económica también.

Hasta la certeza de delincuencia extrema generando nuevas modalidades de delitos como los “estafadores sentimentales”. Hoy en día en las redes sociales con mayor acceso a encontrarlos y a que te encuentren como víctima.

Las estafas entre cónyuges a lo largo de la historia han existido, pero con mujeres que se casaban y se casan en la actualidad por interés económico y no por amor. Son capaces de darle hijos al cónyuge con tal de asegurar su futuro.

Antes era más común que las mujeres desplumaran a sus parejas con el pretexto de los hijos o los años compartidos juntos. Pero hoy las cosas han cambiado. Cada vez más nos encontramos con escenarios en que los hombres no solo quieren desplumar a su cónyuge, sino son capaces de pretender desaparecerlas del mapa a través de envenenamiento con dosis muy pequeñas con los alimentos, o dormidas, o pinchando los cuatro neumáticos del coche, drogarla con el objetivo de perdiera la cabeza, grabaciones del acto sexual para tener material de extorsión, amenazas entre otras cosas con tal de quedarse con lo poco o mucho generado por ellas mismas.

Muchas veces me pregunté ¿Por qué el sistema no protege a sus víctimas? ¿Por qué los hombres no denunciaban a sus esposas? Y la respuesta que encuentro es qué ante la violencia histórica a las mujeres, estaba y/o está bien visto que la mujer se quedara protegida ya que tenía a los hijos. Socialmente era aceptable. Pero hoy, siendo al revés la situación, ¿Por qué las mujeres no denuncian? ¿O Por qué no dan seguimiento a sus denuncias? Hoy ya sé que la respuesta es sencilla: es por “Miedo y por falta de Dinero”.

Miedo a ser violentadas una vez más porque sabemos que las autoridades no harán nada para protegernos. Y Dinero porque hay que escapar de casa y enfrentarse a adversidades como encontrar un techo donde vivir, trabajo, comida, vestido, escuelas en caso de niños y mil cosas más.

Adicional, hay que darle seguimiento a una o más denuncias que implica desplazarte en muchos casos hasta de ciudad porque es obvio que al huir de casa, cambias hasta de lugar de residencia. Y no siendo esto poco brumoso, hay que pagar abogados, y enfrentarte a una burocracia e indiferencia por parte de los funcionarios públicos. Que lejos de generar esa cercanía tan necesitada para las víctimas, pareciera que los obligan a trabajar y es evidente esa falta de vocación generando una total distancia con la víctima y una necesidad mayor inminente de equilibrio y tranquilidad.

Estos dos ingredientes en la vida de una persona violentada la llevan a continuar en el mismo escenario de maltrato sintiéndose incapaz de escapar del cónyuge y/o cómplices en muchas ocasiones. Vivir aislada es de las primeras acciones que toman para que la víctima no tenga una red de auxilio. De esta manera el maltrato, el abuso, la manipulación y en algunos casos hasta envenenamiento y drogas nadie es testigo. Costando hasta la vida en miles de casos.

Hoy por hoy, en plena consciencia que No hay un tratamiento homologado para dar seguimiento a una denuncia fuera de la ciudad de los hechos porque argumentan que las denuncias y su seguimiento deben atenderse en el lugar de los hechos. Sin embargo, esto es un factor más de riesgo para la víctima. Y un gasto adicional. Lo que agrava la posibilidad de darle seguimiento al caso. Aun así, decidió, que siendo una Mujer que trabaja no solo por salir adelante y tener una vida digna, sino también trabaja por los derechos y crecimiento de las personas vulnerables. Cómo podía darle carpetazo a ese capítulo de su vida haciendo o fingiendo que no pasó, conformarse con un divorcio exprés del cual le pidieron hasta pensión alimenticia, joyas y relojes que nunca existieron en su casa y pagar deudas por dos años. Cómo podía pararse en un escenario para hablar de valentía y libertad cuando ella no había sido capaz de defender su propia vida.

Ante todo, lo anterior, quiero advertirte a ti, que eres una persona exitosa que no te vayas con las apariencias, que investigues, que observes más allá de lo que se ve. Si es una persona separada o divorciada siempre hay dos versiones. Toma tus conclusiones. Pregunta, traza tu propio mapa mental No se necesita de nadie para ser Feliz. Estar con una pareja es compartir tu felicidad con alguien. No debes buscar pareja desde la carencia, debes hacerlo desde la abundancia.

Luchar por tus sueños, por tus ideales en plena libertad es el regalo más grande que tú te puedes dar a ti mismo y a los demás. Que nadie te frene o te lleve a actuar de una manera diferente de lo que te dicen tus latidos. No te traiciones a ti mismo jamás. Éstas son las más difíciles de perdonarse.

Nunca dudes de ti y ¡Regálate un latido! de tu propio corazón.