Podría vacuna Pfizer frenar la transmisión del COVID-19

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Agencias.- Un nuevo estudio reveló que la vacuna de Pfizer tiene la capacidad de evitar la transmisión del COVID-19, luego de demostrar un 72% de efectividad con la administración de la primera dosis y un 86% en la aplicación de la segunda. La buena noticia, de acuerdo con los expertos, es que este inmunizante fue eficaz frente a la variante B1.1.7, una de las más ha preocupado a la comunidad científica por su facilidad de propagación.

Los investigadores del Public Health England estudiaron a 23 mil voluntarios, todos ellos trabajadores de la salud de hospitales públicos en Reino Unido, que ya formaban parte de un estudio simultaneo, en el que se evaluó la inmunidad a largo plazo. En esta ocasión, los expertos estudiaron la capacidad de la vacuna, del gigante farmacéutico, para prevenir la infección del SARS-CoV-2.

Los informes previos, publicados en «Nature», evidenciaron que el biológico de Pfizer previene las infecciones del COVID-19 en pacientes tanto sintomáticos como asintomáticos, en un 72% luego de tres semanas (21 días) de la primera inyección, y en un 86% poco después de la segunda (siete días).

Susan Hopkins, experta en enfermedades infecciosas y autora principal del estudio «SIREN», expuso que «este hallazgo es la primera evidencia de que la vacuna de Pfizer podría bloquear la transmisión». Sin embargo, falta que el trabajo sea estudiado por pares, lo que significa que otro grupo de investigadores respalde los resultados, por ello, los investigadores siguen en la espera de su publicación.

El tratamiento preventivo de Pfizer es de tipo ARNm, que a su vez, son preparaciones biológicas que funcionan como estimulantes de la respuesta inmune humana, la cual nos protege del acceso de agentes infecciosos como el SARS-CoV-2. Se caracterizan, principalmente, por el uso de ácido ribonucleico como una herramienta mensajera. Este tipo de vacuna, a diferencia de las convencionales, se caracteriza porque no utiliza virus atenuados ni fragmentos de ellos, por lo que la persona, a la que le sea administrada, no corre el riesgo de contraer la enfermedad.

Durante el desarrollo de «SIREN», los científicos tomaron en cuenta factores de riesgo asociados con los efectos de la vacuna y compararon, también, el tiempo de infección en participantes vacunados y no vacunados para estimar el impacto del inmunizante en todas las infecciones.

La variante del SARS-CoV-2, B1.1.7 fue detectada a finales de diciembre de 2020 en el condado de Kent, ubicado al sur de Inglaterra. Las autoridades sanitarias de Reino Unido declararon que esta mutación, podía implicar un mayor riesgo para la población, ya que si bien no produce síntomas más graves demostró que tiene una capacidad de transmisión del 70%. Por ello, la efectividad de la vacuna frente a esta significó un panorama optimista para los expertos.

Entre los datos disponibles del trabajo exponen que los clínicos que padecieron la enfermedad previamente y más tarde fueron vacunados, presentaron un 89% de respuesta positiva y 95% de confianza en mujeres, así como en personas menores de 35 años. La investigación ya fue aprobada por Health and Care Research Wale, un organismo regulador sanitario de Inglaterra.