Otra vez a acelerar…

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Marco Antonio Vázquez Villanueva

Un ex tránsito en Victoria, entre todas sus anécdotas, comentaba una que parecía un chiste, pero, en lo cortito, para garantizar que era una verdad lo que platicaba, haciendo una cruz con sus dedos, decía, “por está licenciado que me tocó a mí”.

Resulta que la Dirección de Transporte, de aquel entonces, quiso simular chamba, que por fin pondrían orden al transporte público e instruyó una serie de exámenes a los choferes y revisiones a las unidades, más aún, quienes andaban en “regla” tenían que enviar, por obligación, al operador del microbús a un curso que incluía reglamento de tránsito y manejo, en uno de esos grupos se les puso cartulinas con el semáforo y al instructor se le hizo fácil preguntarle a los conductores.

-A ver, ¿qué significa el color verde? – Es el siga, y significa que es libre para circular, contestó uno de los presentes.

-¿Y el rojo?- es alto, tenemos que frenar completamente porque les toca a los que van en otro sentido al de nosotros, respondió alguien más.

-Muy bien, ya nomás falta un color, ¿quién me dice cuál y para qué es?, al fondo del grupo se levantó uno de los operadores y grito, “el amarillo, y significa que debemos acelerar porque se va a poner en rojo”.

Sobra decir, según la fuente, que de aquél curso todos salieron aprobados y hasta con un papelito que los hacía aptos para estar frente a las unidades, pero viene a cuento la anécdota porque precisamente los mexicanos así estamos con el coronavirus, el año pasado nos pusieron el semáforo en amarillo y aceleramos sin precauciones, hicimos todo lo que ya no era posible, luego se puso el semáforo en rojo y nos desesperamos, nos movíamos hasta quedar sobre el paso cebras, a veces nos lo volábamos y otras estuvimos pite y pite para fastidiar a quien se dejará, así transitamos unos meses hasta qué, finalmente, nos pusieron otra vez el semáforo en verde y a todos nos pareció que duró muy poquito, no alcanzamos a nada, ni a desestresarnos porque ayer nos anunciaron que regresamos al amarillo y no es un secreto la razón.

Estábamos tan desesperados que cuando se puso el semáforo en verde se nos ocurrieron locuras, vacaciones con amontonamientos con gente que no sabíamos ni su condición de salud, usar restaurantes y lugares cerrados, en el peor de los casos, andar en eventos políticos que la verdad no tienen ningún sentido, ninguna razón de ser, en serio, nadie gana haciendo amontonamientos en sus mítines, concentraciones sin sana distancia, una realidad es que cada elección se gana con votos, en las urnas, en resumen, ni caso tenía hacer eventos con tanta gente porque ni buena impresión causan.

Lo triste es que todos los partidos políticos le entraron a lo mismo, a mostrar músculo político en lugar de mostrar el músculo del cerebro, ya por lo menos, el sentido común.

Las consecuencias son que en Tamaulipas regresamos a un semáforo amarillo hasta el 9 de mayo, aunque parece que el mismo no avanzará hasta después de un par de meses, otra vez los contagios van en aumento, otra vez aumentan las muertes y todo, le insisto, porque que nos falta paciencia, porque no hemos entendido que no la vamos a librar mientras no se tengan periodos muy largos de mucha disciplina.

Y si, lo más triste es que el regresar al semáforo amarillo parece lo hemos entendido como el microbusero de la anécdota, creemos que es el momento preciso para acelerar, para hacer de todo tratando de burlar al tiempo sin saber que el mismo es implacable y no se equivoca, tratando de engañar a la autoridad o al virus haciéndonos tontos solos, hoy el sentido común nos dice que estamos más cerca del final, que cada vez hay más personas inmunizadas pues ese mismo sentido común nos tiene que llevar a seguir usando el cubrebocas, lavarnos las manos, salir lo menos posible hasta que también nos vacunen, ya falta menos, digo, siempre y cuando veamos el amarillo como una oportunidad de hacer un alto total e incorporarnos al tránsito solo una vez que ya todo sea seguro y no de acelerar tratando de evitar el rojo…

UAT LLEVA TEMAS DE SALUD MENTAR A SUS ALUMNOS… La Facultad de Enfermería Victoria (FEV) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) desarrolló el evento “Jornada de salud mental en estudiantes universitarios durante la pandemia”.

Las actividades se impartieron a través de la plataforma Microsoft Teams, con la participación de expertos de la FEV-UAT y del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ciudad Victoria (HRAEV).

En la apertura de los temas, la Directora de la FEV, Laura Roxana de los Reyes Nieto, dijo que durante el confinamiento por la pandemia se han agudizado algunos padecimientos mentales.

Indicó que la finalidad de la jornada es concientizar al estudiantado universitario sobre estas problemáticas y aportar herramientas cognoscitivas para que puedan manejarlas.

Señaló que, según estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social, se atienden hasta quince jóvenes al día, en edades de entre trece y veinticinco años, con síntomas como miedo, preocupación y estrés extremo a consecuencia de este aislamiento.

Para dar inicio a las ponencias, la psicóloga Alma Rosario Castillo Torres presentó el tema “La fisiología del estrés”. Explicó que el estrés es una respuesta de nuestro organismo a diferentes estímulos que, por ejemplo, nos hace levantarnos temprano para llegar a tiempo a un examen. Pero, si esa sensación de alerta no desaparece a tiempo, puede prolongarse y desencadenar otros problemas.

Mencionó que el estrés conduce a problemas como la ansiedad, que, mal manejada, puede traer otros trastornos graves, que pueden interferir las actividades diarias e incluso afectar las relaciones interpersonales o laborales.

Puntualizó que la pandemia es una situación estresante que requiere de hacer ajustes para que la dinámica de la vida sea funcional ante una situación emergente.

Más adelante, la psicóloga Nancy Lissete Jaramillo Saldívar disertó la ponencia “Depresión en tiempos de COVID-19”, donde explicó que el ser humano es biopsicosocial,

y que la situación de la pandemia ha alterado el equilibrio interno y externo de las personas, reflejándose en las conductas, con el riesgo de desencadenar problemas de origen mental.

Dio ejemplos de trastornos mentales como la depresión, y detalló que esta se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

“La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente, y dificultar el desempeño en el trabajo, en la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio”, advirtió.

Por su parte, la psicóloga Loruhana Jezabel de la Vega Valdez, al exponer el tema “Salud mental y rendimiento académico”, dijo que la salud mental es un estado de bienestar en el cual la persona es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad: “Es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad”, indicó.

En la parte final participó el psicólogo Alberto Avalos González, que disertó la charla “Manejo de las emociones: una herramienta olvidada”, destacando la importancia de las emociones en la cotidianidad y más en situaciones como la pandemia: “No nos hemos podido adaptar a vivir con las limitantes que esta situación nos ha dejado”, concluyó.

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