Agencias.- Persecuciones, choques estruendosos, disparos, explosiones, caídas, agresiones físicas y golpes, son algunas situaciones de violencia presentadas en caricaturas que según estudios sobre el comportamiento humano, pueden influir en actitudes negativas durante la infancia si no se realiza una intervención y aclaración por parte de los adultos.
En investigaciones realizadas por la Universidad de Malasia, la Universidad de Geneseo Estados Unidos y universidades en España, se enlistan contenidos como Tom y Jerry, el Coyote y el Correcaminos, Los Picapiedras, Silvestre y Piolín, y Bugs Bunny, como algunos de los dibujos animados que desde el siglo pasado han expuesto material considerado violento mezclado con actos cómicos.
De acuerdo al paradigma del entretenimiento visual, el slapstick es la forma de comedia con acción que tiene una fuerte relación con el físico de los personajes involucrados en las escenas. Por ejemplo, golpes en la cara, empujones, pisar una cáscara de plátano, etcétera.
Es en este género donde entran los dibujos animados anteriormente referidos como Tom y Jerry o el Coyote y el Correcaminos, que hacen uso de diversos actos físicos para generar actos de comedia.
¿Cómo se transmite la violencia de la pantalla a la realidad?
La explicación que dan los expertos de la conducta humana, como Steven J. Kirsh, de la Universidad de Geneseo en Nueva York, es que durante los primeros años de la infancia se está en proceso de diferenciar la ficción de la realidad, por lo que es importante la intervención adulta para dejar claro a los menores que se trata de caricaturas o contenido ficticio.
Es importante aclarar que los investigadores señalan que lo mismo ocurre con las caricaturas, videojuegos y el resto de contenidos actuales a los que se tiene acceso durante la niñez.
Entre las actitudes que puede llegar a tomar un niño que no diferencia la realidad de las caricaturas, se encuentran los gritos hacia las personas con las que convive, golpes, manotazos o arrojar objetos.
Adecuación de las caricaturas
En el sentido de contar con entretenimiento más específico y claro en cuanto a quienes deben consumirlo, los mismos productores de contenido han tenido que reformarse y adaptar el material.
Por ejemplo, en la serie Tom y Jerry que actualmente sigue en transmisión televisiva de paga y en sitios de streaming como HBO Max, el contenido ahora lleva por nombre “El Show de Tom y Jerry”. Además, al inicio de cada capítulo se especifica que es recomendado que ese contenido lo consuman niños mayores de 7 años.
