‘La Guerra por el Agua en el noreste de México»

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Dr. Jorge A. Lera Mejía

Como todos sabemos, ante el cambio climático y las prolongadas sequías qué afectan al norte de México, y la escasez de agua que las grandes ciudades sufren, provocan que la ausencia de este vital líquido motiven lo que hoy llamamos la Guerra por el Agua.

Particularmente, hoy el estado de Nuevo León y su capital Monterrey con la zona conurbada, pelean retener el 100% de las aguas derivadas de la presa El Cuchillo, ubicada en el municipio de China Nuevo León.

Históricamente, la presa El Cuchillo, fundada en el año 1994, fue creada por iniciativa del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, oriundo de Agualeguas Nuevo León; en aquel entonces, Salinas de Gortari, tratando de apoyar a su estado natal determinó qué se creara la presa alimentada por las aguas del Bajo Río San Juan.

El mencionado río, históricamente desde el año 1946, alimenta a la presa Marte R. Gómez, ubicada en el municipio de Camargo Tamaulipas, y por ende, las concesiones para el uso de las aguas de dicha presa, fueron determinadas para irrigar al Distrito 026, llamado Bajo Río San Juan en el norte de Tamaulipas.

La Presa Marte R. Gómez tiene una capacidad cercana a los 800 millones de m3, y la nueva Presa El Cuchillo, fue diseñada para almacenar un millón 125 mil metros cúbicos.

En el año 1996, ante la demanda de los cerca de 5 mil propietarios de riego de la presa Marte R. Gómez, con derechos para irrigar 70 mil hectáreas agrícolas, se determinó garantizar las aguas originales por un volumen cercano a los 180 mil metros cúbicos, con el fin de no afectar dicho derechos históricos.

La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), determinó una fórmula para que las aguas de la presa El Cuchillo pudieran utilizarse con el fin de garantizar agua potable para Monterrey y su zona conurbada, pero sin dejar de abastecer las aguas del Distrito 026.

Se determinó, que si la presa del Cuchillo tuviera un aforo superior a los 500 millones de metros cúbicos y la Marte R. Gómez inferior a los 400 millones de metros cúbicos, cada día primero de noviembre se derivará el promedio de 180 mil m3 de agua, para no abandonar los riegos agrícolas qué históricamente detentan los tamaulipecos desde el año 1947.

Pasados los años y ante las sequías recurrentes en el noreste de México, los gobernadores de Nuevo León han estado luchando por cancelar o diferir los convenios originales del año 1996.

Particularmente, este año, el gobernador Samuel García Sepúlveda, apoyado por los diputados locales del Congreso de Nuevo León, han estado demandando la cancelación de dicho convenio histórico, argumentando que Monterrey y su zona conurbada pudieran quedarse sin el vital líquido.

El pasado 15 de agosto, ante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Monterrey, se emitió un decreto presidencial dónde determinan que el agua de la Presa El Cuchillo tuviera prioridad para el consumo doméstico «humano», derechos superiores al uso Industrial, comercial y agrícola.

Adicionalmente, el presidente autorizó un presupuesto Fast Track, para iniciar las obras del segundo acueducto para traer agua desde la presa El Cuchillo a las Plantas Tratadoras de agua en Monterrey, con un presupuesto aproximado de 12 mil millones de pesos.

Estás medidas afectan directamente al estado de Tamaulipas, ya que se está determinando por decreto qué el norte del estado, tradicionalmente agrícola y ganadero, dejara de sembrar e irrigar 70 mil hectáreas del distrito 026, y posteriormente pudiera afectarse al Distrito 025 Bajo Río Bravo, dónde se irrigan más de 250 mil hectáreas, todas juntas que dieron origen al otrora conocido como «El Granero de México».

Para ponernos en contexto, Nuevo León es un estado con 5 millones 700 mil habitantes, dónde la capital Monterrey y su zona metropolitana superan las 5 millones de personas, contrario el estado vecino de Tamaulipas, con solo 3 millones 500 de habitantes, la zona conurbada de Monterrey abarca todo el estado de Tamaulipas, más dos millones de personas arriba, y todas ellas juntas demandan agua potable para sus usos domésticos y agua industrial para el complejo industrial de la ciudad de Monterrey.

Desde esta perspectiva, Monterrey pudiera convertirse en un monstruo tipo esponja, que nunca se satisfacería para poder abastecer las aguas necesarias para su desarrollo económico, con lo cual Tamaulipas se convierte de facto, en el proveedor permanente del estado vecino.

No olvidar qué desde los gobiernos de González Clariond, El Bronco y ahora de Samuel García, solicitan poder utilizar las aguas del río Pánuco, en la zona conurbada de Tampico, para que a través de un magno ducto poder alimentar agua a la zona de Monterrey. Paralelamente, el actual gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, proyecta un similar ducto de 500 km de distancia, para traer agua del mismo río Pánuco hacia la presa Marte R. Gómez, de tal forma que abundan los proyectos urgidos por la escasez del agua que sufrimos tanto Nuevo León, como Tamaulipas y Coahuila.

Particularmente, la capital de Tamaulipas Ciudad Victoria, sufre del mismo problema de abastecimiento de agua, y requiere bombear agua desde la Presa Vicente Guerrero, por lo tanto requiere un segundo acueducto similar al de la Presa resa El Cuchillo, cuyo costo no supera los 2 mil millones de pesos, y los victorenses tienen esperando dicho segundo acueducto desde hace más de 10 años.

No es posible qué se discriminen obras hidráulicas entre un estado y otro, en aras de pertenecer a distintas entidades federativas con diferentes prioridades, por ello, es necesario cabildear y negociar estos proyectos con más seriedad, porque las aguas dulces de todo México, cada día serán más escasas y no va habrá proyectos suficientes para abastecer urbanizaciones como las de Monterrey, que si no retoman una «cultura del ahorro y consumo racional» de su agua, no tendrán llenadera para los próximos años.

Si se quiere evitar un conflicto o una guerra por el agua, México necesitará retomar estos proyectos en forma integral, dado que la misma Ciudad de México y la ciudad de Guadalajara, sufrirán de las mismas carencias.

Además, sigue pendiente la construcción del acueducto para que Nuevo León reponga las aguas que absorbe desde El Cuchillo, una vez tratadas las aguas urbanas, las regrese desde la Planta Tratadora de Pesquerías hacia la Presa Marte R. Gómez. Sin olvidar que este fue un compromiso firmado entre Nuevo León, Tamaulipas y CONAGUA en 1996.

Se conoce que dichas aguas tratadas, ahora son aprovechadas por agricultores de la región del Río Pesquerías, cuando pertenecen a los agricultores del Distrito 026 Bajo Río San Juan…