Tesla, el que paga manda

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POR CARLOS LOPEZ ARRIAGA

Cd. Victoria, Tam.- Por principio el magnate sudafricano ELON MUSK no suele perder. Es puño de hierro en guante de seda, tajante en estilo y táctica, apuesta fuerte, se retira o gana, pero el perder no está en sus planes. Sería interesante conocer los detalles de su videoconferencia con AMLO.

Una vez cumplida la cortesía de escuchar a su interlocutor, se plantó en su postura inicial, inamovible. Nadie puede decirle lo que debe hacer con su dinero y sus firmas de alta tecnología.

Era Santa Catarina o nada. Y ese nada significa llevarse la mega inversión a Indonesia o bien a la actual ciudad fortín de sus empresas, Austin, Texas.

La propuesta de Santa Lucía sería acaso interesante para LÓPEZ OBRADOR porque afianzaría el funcionamiento del AIFA, representaría una inyección de clientela regular y lo justificaría en términos políticos.

Pero el propietario de la firma es MUSK y sus criterios ni lejanamente son políticos (ni partidistas, ni electoreros), sino de eficiencia. Costo y beneficio.

De aquí la decisión de ubicar la megaplanta automotriz cerca de la frontera y (más específicamente) en la región noreste fronteriza con Texas y conectada con Austin.

Mientras duró el forcejeo, media docena de gobiernos estatales habían levantado la mano. Entre ellos Sonora, Chihuahua y Coahuila, aunque también San Luis Potosí y Tamaulipas. En este último caso, para el puerto industrial de Altamira, idea por demás interesante.

Finalmente se impuso el plan original y esto obedece a la voluntad acerada que caracteriza a MUSK, aunque el gobernador SAMUEL GARCIA SEPÚLVEDA lo esté festinando ahora en redes como un triunfo personal. No lo fue.

 

DESENLACE ESPERADO

Tampoco podemos hablar de victoria o derrota para ANDRÉS MANUEL, si recordamos que la opción de Santa Lucía fue ocurrencia de último minuto. Una mera corazonada, como tantas que hemos visto. Con ánimo de aventura, la dejó rodar.

El gobierno mexicano pujó por esta opción siguiendo el dicho popular del “a ver si pega”. Es decir, en el entendido de que el proyecto de Santa Catarina ya estaba ya muy avanzado, arreglado y planchado.

No había secretos en cuanto al destino regional de dicha inversión. Estaba claro que sería una localidad al noreste de México o de plano no sería. Noreste o nada.

Requisito geográfico que no cumple Santa Lucía, municipalidad de Zumpango, Estado de México, en el mero centro de la República. En el altiplano, para más señas.

Y también porque la opción dura de MUSK siempre estuvo presente como una espada de DAMOCLES. Echar abajo la negociación, retirarse del país y salir dando un portazo, lo cual habría sido catastrófico para la imagen de LÓPEZ OBRADOR en pleno cierre de sexenio.

Por esta razón, quienes operaron la opción de Santa Lucía supieron desde un principio que no era aconsejable presionar más allá de cierto límite. La necedad sería contraproducente.

Entre otras razones, por la orfandad de argumentos sólidos, más allá de la conveniencia política como era la de reforzar la imagen del solitario AIFA, detalle que a MUSK le tiene sin cuidado.

Y también era claro que la baja disponibilidad de agua en Santa Catarina fue desde siempre un tema secundario. Argumento débil, pues la industria de autos eléctricos tiene un bajo requerimiento del vital líquido.

Queriendo componer las cosas, el propio AMLO había revirado desde su conferencia matutina que no era agua para la factoría de la que hablaba, sino para el consumo humano de quienes trabajarían en dicha planta y sus familias. Coartada aún más endeble.

 

EBRARD, AL RESCATE

Y bueno, la efímera disputa entre ANDRÉS y SAMUEL por el destino de TESLA encendió luces rojas ante la perspectiva mencionada arriba de que MUSK dijera algo así como “ninguna”, para luego cancelar el proyecto y trasladarlo a la región del planeta que mejores condiciones brinde.

La apuntamos, pues, como una de las muchas broncas donde la mano conciliadora del canciller MARCELO EBRARD CASAUBÓN remendó un entuerto generado por el voluntarismo presidencial. Uno más, en la ya larga lista.

Por todo ello, en la videocharla con MUSK, la propuesta de Santa Lucía se vino abajo. Atendiendo al mensaje del Presidente, el gobierno terminó cediendo, TESLA va para Santa Catarina.

Cabría además prever que tal vez no será AMLO quien la inaugure sino su relevo (sucesor, sucesora) pues el sexenio termina el 30 de septiembre del 2024. Para ser más precisos, dentro de 19 meses.

El titular de Relaciones Exteriores habría sido también el artífice del acercamiento entre AMLO y el magnate, incluyendo el plan para que visite México y recorra estados como Sonora, Hidalgo y el Istmo de Tehuantepec donde se encuentra en desarrollo el ferrocarril transístmico.

También se habla de un túnel de un kilómetro y medio que conectaría al aeropuerto de Cancún con la estación más cercana del Tren Maya en la misma municipalidad donde se ubica dicho emporio hotelero (Benito Juárez).

Obra en la que estaría interesado el propio MUSK pues entre sus numerosas compañías habría una con la tecnología necesaria para la excavación rápida de dicho túnel, con algo que pomposamente llaman “maquinaria verde”. Faltaría ver qué tan verde.

 

BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com

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