Vilma Reed sólo supo que un gran incendio se acercaba a su pueblo en Hawai cuando vio las llamas a pocos metros de su casa.
Como muchos de los que escaparon apenas con la ropa puesta del infierno que arrasó la turística ciudad de Lahaina, en Maui, Reed no recibió ningún aviso, una orden de evacuación, ni escuchó sirenas de advertencia.
La causa del incendio está bajo investigación, pero expertos afirman que su rápida propagación fue favorecida por circunstancias como la abundancia de plantas no nativas, la topografía volcánica que favoreció vientos secos ladera abajo, un invierno inusualmente seco y un huracán a algunos kilómetros al suroeste.
Pero tratándose de un estado que no es ajeno a las catástrofes naturales – Hawai tiene terremotos, volcanes activos, un historial de tsunamis y es golpeado regularmente por poderosas tormentas tropicales- la falta de aviso por parte de las autoridades causa desconcierto y lleva a muchos a la ira.
El incendio dejó sin electricidad a los residentes de Lahaina, que han dicho a los medios de comunicación que no tenían señal en sus teléfonos celulares, un canal que usan las autoridades cuando quieren alertar a los ciudadanos del peligro.
El gobernador de Hawái, Josh Green, dijo que aún era «demasiado pronto» para afirmar que el silencio de las sirenas fue un fallo técnico o una decisión deliberada de los operadores. (Agencias)