A menos de un año de que concluya el sexenio, el Gobierno federal alista una estrategia nacional para enfrentar el problema de la migración.
Esta mañana, la Secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, reconoció que, junto con la Secretaría de Gobernación, trabajan en el diseño de un plan relacionado con el Instituto Nacional de Migración (INM).
La funcionaria se refirió al tema tras ser cuestionada sobre los operativos que realiza la federación para asegurar a migrantes y regresarlos hasta los estados del sur del País, con la finalidad de que no lleguen a la frontera con Estados Unidos.
Durante la conferencia del Presidente Andrés Manuel López Obrador, donde se advirtió sobre el desalojo de migrantes que acampaban en las inmediaciones de la Central de Autobuses del Norte, la funcionaria sostuvo que son los propios viajeros quienes piden ser trasladados.
Desde abril de este año, tras la muerte de 40 viajeros en una estación migratoria del INM, el padre Alejandro Solalinde reveló que el Presidente pretendía desaparecer el organismo, hoy encabezado por Francisco Garduño.
El propio Mandatario anunció que su Administración alistaba una estrategia en materia migratoria, sin que hasta la fecha se haya presentado el nuevo plan.
Apenas el viernes, en Tijuana, se denunció ante el Mandatario que agentes federales correteaban a los migrantes para subirlos a los autobuses y llevarlos a los estados del sur del País.
El Mandatario sostuvo que revisaría el caso.
Sin embargo, esta mañana, al ser cuestionado sobre el desalojo en la Ciudad de México, dijo no estar enterado: «No tengo la información, sinceramente, pero voy a ver qué sucedió».
Lo que sí adelantó es que el tema de migración formará parte de la reunión bilateral que sostendrá esta semana, en San Francisco, con el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a quien llevará las conclusiones de la Cumbre de Palenque e insistirá en la necesidad de invertir en Centroamérica y el Caribe, para combatir las causas de la migración.
López Obrador sostuvo que la reducción de los flujos desde Venezuela son una prueba de que las medidas coercitivas no son la solución. (Agencias)