Con vista al precipicio. . .

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Extraña, por venir de un tricolor, se escuchó la frase dirigida a uno de esos personajes de izquierda (aunque siempre ha cobrado con la derecha), más menos, le dijo que hay posibilidades para ellos de tener la mayoría o la segunda fuerza política en Tamaulipas para dentro de dos años, particularmente si se unen a Morena y sus candidatos.

“Ya empiecen a juntarse para sacar el candidato a Senador, los Diputados Federales y las alcaldías y regidores”, para rematar con un “que no los vayan a agandallar”.

Parecía una broma de mal gusto, humor negro, jugar con los sentimientos de la gente de izquierda sobre todo cuando casi la vimos desaparecer en las elecciones del 5 de junio de este año pero luego les hizo una reflexión.

“Ya hubo una contienda presidencial que nos dejaron (al PRI) en tercer lugar, se ganó la primera minoría  al Senado porque el gobernador era del PRI pero para el año próximo quien sabe, quizá ni eso alcancemos”.

Tal vez no sea para tanto, nuestra izquierda, la tamaulipeca, se ha mostrado poco organizada, con mucha propensión a la weba y, en ocasiones, hasta entregada a los intereses de quienes tienen dinero o les alcanza para comprar políticos mercenarios.

Pero si, es un hecho que Andrés Manuel López Obrador hará crecer los votos de Morena en Tamaulipas para dentro de dos años y aunque hasta el momento no se vea con quien más cierto es que puede ser con cualquiera.

Porque además hay otra variable en el escenario electoral del 2018, el Presidente Enrique Peña Nieto arrastra a su partido al precipicio, cada vez es menos la gente que cree en su gobierno, que confía en él, apenas un 23 por ciento de atractivo o de voto de confianza obtiene en las encuestas más benévolas con su persona y más de 68 por ciento considera que estamos más inseguros, con más corrupción, más pobreza, mayor impunidad.

Además, Peña Nieto, arrastra en su caída al PAN, la gente insiste en mezclarlos como si fueran el sistema que ha gobernado al país en toda su época moderna, como diría López Obrador, de ser la mafia del poder.

Pero regresemos al Estado, dentro de dos años, ¿conservarán los alcaldes su prestigio?, ¿habrá nuevos inquilinos en Tamatán que hagan ver como corruptos a tricolores o panistas que hoy despachan en las alcaldías?, falta mucho por ver pero todo, hasta lo que parece malo, le beneficiará a Morena.

Se ve difícil que los gobiernos municipales que vienen vayan a ser completamente pulcros y eficientes, más complicado que el problema de seguridad o violencia vaya a disminuir en forma significativa, por eso se puede dar como una realidad que muchos buscarán otra opción distinta al PRI y al PAN y solo existe una, la que encabeza López Obrador.

Lo triste para Tamaulipas es que son muy poquitos los hombres y mujeres de izquierda que se salvarían de un escrutinio público, la mayoría tiene fama de corruptos, vendidos, los menos son conocidos como personajes que cobran plazas en educación sin trabajar o que ya están del lado azul por convenir a sus intereses.

Cierto, eso parece lo de menos, el Presidente Enrique Peña Nieto tiene al PRI con una panorama precioso pero al precipicio y cualquier empujoncito será suficiente para que se mate, del verbo acabar con su vida política.

Más real es que el PAN parece empeñado en tener de candidata a Margarita Zavala cuyo merito más grande es haber tolerado un gobierno de sangre y corrupción encabezado por su esposo Felipe Calderón Hinojosa y eso no los llevará a ningún lado.

En Tamaulipas el futuro es incierto para todos, hoy hay expectativas muy grandes en los ciudadanos, el gobernador electo Francisco Javier García Cabeza de Vaca tiene un bono democrático bastante grande pero, aunque haga muy bien su gobierno, es una realidad que no podrá andar en campaña en dos años y por lo tanto no sumará su atractivo que haga ganar a personajes que se doblaron y se vendieron en la elección anterior al grado de que nada hicieron pagar ganar los votos que obtuvieron, es decir, ya sin un candidato fuerte no tendrán mucho poder de atracción a las urnas.

El PRI, por su parte, ni siquiera encuentra quien agarre el recogedor y levante lo poco que quedó de ellos en el piso y sus alcaldes electos tienen tantos compromisos que difícilmente podrán cubrirlos sin el apoyo de un gobierno estatal.

La puerta la tiene abierta la izquierda, la pregunta es, ¿quién la encabezará y para qué?, si realmente buscarán el poder o harán lo mismo que hace Peña Nieto con el PRI nacional, si la dejan otra vez con vista al precipicio, lista para el matadero.

 

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