– Temen a la Contraloría los alcaldes de Reynosa y Valle Hermoso
– Se fueron grandes a la hora de solicitar los “moches”
– Exigieron hasta 30% del valor de la obra asignada
QUIENES no andan muy tranquilos, como consecuencia de los vientos de cambio en Tamaulipas, son los alcaldes de Reynosa y Valle Hermoso.
En efecto, tanto JOSE ELIAS LEAL como JOSE LUIS HERNANDEZ CASTRELLON están valorando seriamente cómo evadir el escrutinio de la auditoría estatal en los rubros de patrimonio municipal y obra pública.
Ambos saben, bien que saben, que la apuesta política no les favoreció, a pesar de haber desviado recursos económicos etiquetados para la campaña de BALTAZAR HINOJOSA OCHOA por la gubernatura estatal.
En consecuencia, tratan de congraciarse con el nuevo equipo político que entrará en función oficial a partir del primero de octubre y que encabeza FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA.
En el caso del alcalde reynosense, la vox pópuli lo ha bautizado como “Pepe Moches”, derivado del porcentaje que pidió a los contratistas para asignarles diversas obras urbanísticas. PEPE ELIAS exigió hasta el 30 por ciento del valor de la inversión para, mediante triquiñuelas, favorecer al interesado con la licitación de rigor.
Confiado en el triunfo de HINOJOSA OCHOA, que se perfilaba como el sucesor de EGIDIO TORRE CANTU, el citado jefe de Comuna no tuvo empacho en embolsarse millonaria cantidad de dinero que le permitió construir un lujoso hotel en San Miguel de Allende, Guanajuato y adquirir propiedades en el sur de Texas.
Para no quedarse atrás, el presidente municipal de Valle Hermoso, JOSE LUIS HERNANDEZ CASTRELLON, siguió el ejemplo de JOSE ELIAS LEAL y también exigió el 30 por ciento del valor de la obra a los contratistas interesados. Aunque, a decir verdad, superó al edil reynosense a la hora de hincar el diente, toda vez que también exigió modificar a su favor el presupuesto presentado por la empresa constructora.
Mediante ese sistema para la asignación de obra pública, el corrupto alcalde vallehermosense se enriqueció ilícitamente con el cobro del alto porcentaje más la utilidad que le dejó la diferencia de presupuesto.
Aunque, eso sí, como debe de ser entre funcionarios que se sirven de los cargos públicos, JOSE LUIS HERNANDEZ CASTRELLON dejó en manos de su directora del Departamento de Obras Públicas, la ingeniero MARTHA MARTINEZ DECIGA, el “convencimiento” a los contratistas. Del mismo modo, el alcalde de Valle Hermoso contó con la complicidad plena del tesorero municipal, HUGO FERNANDEZ, para darle salida legal al dinero mal habido.
En el trienio que está por concluir, HERNANDEZ CASTRELLON, MARTINEZ DECIGA y FERNANDEZ amasaron millonaria suma manejando y asignando a su antojo las licitaciones de la obra pública etiquetada que se autorizó para ese municipio.
Lo malo del caso es que las constructoras beneficiadas se vieron obligadas a realizar trabajos de mala calidad, como una manera de contrarrestar la voracidad de los citados malos servidores públicos de Valle Hermoso. Las obras fueron recibidas por el ayuntamiento, confiados en que un gobierno estatal priísta no ordenaría la fiscalización de recursos y calidad de ejecución.
Como si lo anterior no fuera suficiente, JOSE LUIS HERNANDEZ CASTRELLON podría enfrentar querellas jurídicas por el incumplimiento en el pago de servicios.
En resumen, ambos ediles ya no tienen un sueño placentero, a consecuencia de sus raterías.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
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