Obregonismo a dos manos

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Por Carlos López Arriaga

Cd. Victoria, Tam.- Nativo de Navojoa, Sonora, se atribuye al general ÁLVARO OBREGÓN el dicho cínico de que ningún general aguantaba un cañonazo de 50 mil pesos.

La revolución se había bajado del caballo y el país entero transitaba por un proceso de pacificación con los alzados en armas que controlaban la geografía nacional, región por región.

Había que integrarlos, sumarlos a la vía institucional o reprimir a los más rejegos. Para los proclives al diálogo estaba el reparto de posiciones, cargos, canonjías, tierras y también dinero.

De ahí que OBREGÓN insistiera en esa vía. Darles a elegir entre el puño duro y la dádiva. Plata o plomo. Fórmula que perfeccionarían sus sucesores a lo largo del siglo 20 y que mereció la célebre definición de OCTAVIO PAZ, cuando calificó al estado postrevolucionario como una especie de “ogro filantrópico”.

Pero eran otros tiempos. Los referidos cañonazos iban dirigidos entonces al apaciguamiento de los jefes revolucionarios tras una guerra que (según la historia oficial) habría costado un millón de muertos.

Ciertamente, el partido nacido de aquella revuelta (PNR, PRM y finalmente PRI) se encuentra en franca retirada y su narrativa popular se evaporó. En los ochentas adoptó posturas patronales (DE LA MADRID) y terminó abrazando al neoliberalismo con SALINAS, ZEDILLO y PEÑA, de pilón.

 

CARA JUSTICIA

Los cañonazos hoy en día tienen otro sentido, han cambiado de propósito. Se siembran en campañas para cosecharse en facturas, a menudo por bienes y servicios inexistentes.

O bien se emplean para doblar a la justicia, de manera (incluso) sistémica. Torcer los fallos, prostituir criterios y conseguir amparos con el propósito artero de adquirir impunidad.

La duda es la cantidad. Parecen pocos esos 50 mil de la frase obregonista. Ello, a menos que sean dólares. Y varias veces porque (sabrá usted) hay políticos cuyo negro expediente es tan (pero tan) voluminoso y diversificado, que de manera reiterada necesitan cobijarse mediante amparos balines contra nuevas acciones de la justicia.

Por ello es importante atender las observaciones de HUMBERTO PRIETO HERRERA, a la sazón diputado presidente de la Junta de Coordinación Política en la 66 legislatura tamaulipeca.

Su queja es clara. “Jueces federales y del fuero común que actúan”, señala, “de manera corrupta y sin ética”, “a cambio de sobornos.”

-“Sinvergüenzas”, explica, pues (siguiendo la lógica del general OBREGÓN) “han recibido cañonazos de billetes para liberar a personas que fueron detenidas con armas de fuego.”

Recordando además que el próximo primero de junio habrá cambios en el Poder Judicial y los jueces que han incurrido en estas prácticas serán destituidos.

-“Los vamos a sacar del Poder Judicial. Son personas sin ética, sinvergüenzas, sin honradez”, pues permiten que “personas potencialmente peligrosas queden en libertad.”

 

ABARCAN MÁS

Quizás la diferencia entre los depredadores de antaño y los de ahora sea que OBREGÓN prometía en su campaña reeleccionista de 1924, “robar menos” pues era manco, había perdido un brazo en una batalla de 1915.

Los salteadores del siglo 21, en cambio, tienen sus extremidades completas y pueden atrapar con amplitud y suficiencia esos cañonazos referidos por PRIETO HERRERA, en su reciente declaración.

Legislador que, por cierto, recién inauguró este martes 25 de febrero un nuevo formato informativo destinado a difundir las tareas del Congreso, al que llamó “La Mañanera Legislativa”. Charla con medios y también trabajo expositivo desde la sala de prensa, que arrancó a las nueve horas.

Ello tiene especial importancia hoy que la cámara de diputados puede trabajar sin los candados de antaño que coartaron su labor en la fallida legislatura 65.

Bastante jale, por cierto, ante la cantidad de irregularidades que presentan las cuentas públicas de la administración 2016-2022 y las trapacerías de no pocos ayuntamientos.

Sobre todo cuando la trinchera albiazul desgarra sus vestiduras en medios nacionales, lanzando acusaciones contra personajes que antes ellos apapacharon y por delitos que en principio caracterizaron a mandatarios del PAN.

 

CARGAS DE ARTILLERÍA

Lo que la opinión pública conoce del estercolero cabezón sería apenas la punta del iceberg. Pero la radiografía del saqueo, su versión más cruda, está por conocerse. Pendientes aún profundidad, extensión y detalles.

Entre otras razones porque la burbuja blanquiazul apenas empieza a ceder, tras la renovación de los titulares en la Auditoría estatal, la Procuraduría anticorrupción y muy pronto el Poder Judicial.

Ahí, precisamente, donde anidan los contubernios que permiten liberar a delincuentes capturados en flagrancia y dictar amparos al hampa de cuello blanco, en Tamaulipas y sus municipalidades.

Cañonazos tronantes que ensordecen y aletargan a la mismísima INTERPOL. De aquí la falsa presunción de inocencia publicitada hace poco desde la trinchera cabezona.

No hay tal inocencia, ni anulación alguna de cargos formulados por la Fiscalía General de la República contra los responsables mayores del saqueo. Son los obuses (proyectiles, bombazos, misiles, cañonazos) de prosperidad súbita los que han paralizado a los doctores de la ley. Aunque todo tiene un límite y Tamaulipas está muy cerca de cruzar ese umbral.

 

BUZÓN: lopezarriagamx@gmail.com

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