«CRUZ MONUMENTAL DE TULA DARÁ IMPULSO TURÍSTICO»

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Dr. Jorge A. Lera Mejía.

La reciente inauguración de la Cruz Monumental de La Esperanza en el Pueblo Mágico de Tula, Tamaulipas, por el gobernador Américo Villarreal Anaya, representa un parteaguas para el desarrollo turístico y económico del altiplano tamaulipeco. Esta obra, con 33.7 metros de altura, no solo es la cruz más grande de México, sino que se erige como un símbolo de fe, esperanza y transformación para la región.

Tula, fundada en 1617 y distinguida como Pueblo Mágico desde 2011, ya contaba con una rica oferta de atractivos históricos, arquitectónicos y culturales, como la Parroquia de San Antonio de Padua, la Casa Minerva y la zona arqueológica de Tammapul. Sin embargo, la Cruz Monumental de La Esperanza, diseñada por el reconocido artista Sebastián, añade un elemento de gran magnetismo visual y espiritual, visible desde kilómetros a la redonda y ubicada en lo alto del Cerro de la Cruz.

El turismo religioso es un segmento en auge en México, y la cruz monumental posiciona a Tula como un destino clave para peregrinos, visitantes y curiosos de todo el país. La obra promete atraer no solo a fieles, sino también a quienes buscan experiencias únicas, panorámicas espectaculares y espacios de reflexión.

La próxima conclusión de la carretera Mante-Ocampo-Tula facilitará el acceso al municipio, integrándolo a un corredor económico importante y permitiendo la llegada de más visitantes. Esto generará oportunidades para prestadores de servicios turísticos, hoteleros, restauranteros, guías y artesanos, detonando la economía local y creando empleos directos e indirectos.

El gobierno estatal ha señalado que el proyecto no solo contempla la cruz, sino también la mejora de accesos, la creación de una escalinata, miradores, y la futura instalación de oferta gastronómica y artesanal, lo que diversificará la experiencia turística y fomentará el consumo de productos locales.

La cruz ha sido definida por autoridades y habitantes como un sueño largamente anhelado, que finalmente se concreta tras más de una década de gestiones y obstáculos. Para la comunidad, representa no solo un monumento de fe, sino también de esperanza y unidad, capaz de proyectar a Tula y al altiplano tamaulipeco en el mapa nacional del turismo religioso y cultural.

Al convertirse en la cruz más grande de México, Tula gana notoriedad mediática y potencial para atraer visitantes internacionales, especialmente en temporadas de celebraciones religiosas y festivales culturales. La monumentalidad de la obra y su autoría por Sebastián refuerzan su atractivo como punto de referencia arquitectónico y artístico.

La Cruz Monumental de La Esperanza es mucho más que una estructura; es un detonante de desarrollo turístico, económico y social para el altiplano de Tamaulipas, que permitirá a Tula consolidarse como un destino de fe, historia y tradición, generando bienestar y nuevas oportunidades para su gente.