Los pudientes, los políticos y los ricos, tienen un miedo enorme a los jóvenes que van a la escuela y se preparan ya que saben a futuro pueden competir con sus hijos por los cargos en las administraciones públicas y, en corto plazo, no los dejarán robar ni ejercer el poder a sus anchas.
En Uruguay hubo un presidente, Pepe Mujica, que vive de su salario, que se atendía en los hospitales públicos, que hacía fila como todos los derechohabientes a los mismos aún siendo presidente de la República, que no aspiro a tener mucho dinero y que buscaba la igualdad y lo hacía saber con el ejemplo, quizá por ello en su gobierno sentenció que, “Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos”.
Y es cierto, la escuela es la única que da oportunidad a los más pobres de salir de su miseria, de tener opciones reales, de sacar de la necesidad a sus siguientes generaciones.
Tal vez por ello en México el sector educativo es saqueado, lo hacen los políticos y poderosos con una doble intención, primero la inocultable que es la de robar todo lo posible para vivir como reyes sin trabajar, para poder comprar favores políticos, lo segundo es lo perverso, lo hacen para condenar a los pobres a ser más pobres durante toda su vida.
Miré usted, el sexenio pasado en Tamaulipas, para darle un ejemplo cercano, se robaron algo así como 125 millones de pesos anuales para destinarlo a 2 mil 500 becas para hijos de ricos y funcionarios, con ese recurso bien se pudieron entregar hasta 62 mil 500 becas de mil pesos por semestre, como se estaban dando, y apoyar a 62 mil 500 niños que en realidad lo necesitaran, algunos de ellos, quizá unos miles, ya desertaron de la escuela porque no les alcanzó el dinero para seguir en las mismas.
Pero no fue solo el gobierno, los rumores de la venta de plazas, las certezas de los sueldos que se hacen pagar los dirigentes sindicales y allegados que son invitados a las nóminas de la SET, más otros vicios que le cuestan millones de pesos a los tamaulipecos se siguieron aplicando con singular alegría.
En México, en casi todos los Estados y a nivel federal, el problema es el mismo, nóminas saqueadas por aviadores, sueldos de los más altos para los dirigentes sindicales y sus amigos, también para los amigos de los altos funcionarios, la venta de plazas.
También a nivel nacional, como en Tamaulipas, se regatea el recurso para los más pobres, se entregan apoyos a hijos de ricos y pudientes para que vayan a hacer sus maestrías y doctorados a Estados Unidos, algún país de Europa o cualquier otro que sea caro y tenga calidad en la rama que se desea estudiar aunque a veces solo buscan donde tomen vacaciones a cargo del erario y a los pobres se les regatea una escuela digna o más capacitación para sus maestros.
Le insisto, esa es la más cruel de las acciones en contra de nuestra gente, a los pobres se les condena a ser pobres para toda su vida y a que sus hijos sean pobres igual que ellos, caso contrario los ricos que seguirán siendo ricos, quizá sea muy ilustrativo el Estado de Oaxaca donde el hijo de un ex gobernador es actualmente gobernador, prácticamente se heredan el poder porque los pobres no están en condiciones de diputarlo o ejercerlo, porque hace por lo menos 20 años que no tienen un ciclo escolar completo para mejorar su competitividad y también porque se le permite al sindicato seguir causando los mismos problemas de siempre para que las condiciones sigan igual, para que nadie esté en las aulas aprendiendo, leyendo.
También es real que muchos de los más necesitados no han podido leer las intenciones del gobierno y sacan a sus hijos de la escuela para que se vayan a trabajar desde los 12 años, cuando ya pueden sostener un bulto de cemento en la ciudad o un arado o colote en la parcela, y eso lo ve con complacencia el gobierno, sabe que son personas que lo dejaran robar a gusto y que no le disputarán el poder a sus hijos en los siguientes años.
Igual usted tiene razón, los ricos no entienden que tarde o temprano se van (o quizá ya) a convertir en víctimas de la delincuencia que ellos provocan con ese tipo de acciones, que engendraron al permitir el saqueo del sistema educativo lo que genera más pobreza, lo que genera más incertidumbre sobre el futuro de niños.
Por lo pronto dentro de todos los nubarrones se ven algunas luces de esperanza, ayer, por ejemplo, el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, al inaugurar una Feria del Libro para niños y adolescentes fue corregido mientras daba su discurso.
“¿Ustedes van a ler?, preguntó el Secretario para recibir un sí de algunos niño, la luz fue una niña, Andrea se llama, que cuando se acercó a saludarla para despedirse sin ningún protocolo le dijo, “se dice leer, no ler”.
Ese es precisamente el riesgo que no quieren correr los políticos ni los poderosos, que los vayan poniendo en su lugar, o en el menor de los daños, que les corrijan sus acciones con conocimiento de causa, por eso yo le pregunto, ¿usted ya sabe que se dice leer y lo está haciendo?, créalo, el futuro de sus muchachos va en ello.
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