Ante el Consejo Político priista el presidente pide hacer caso omiso a visiones derrotistas del partido.
Agencias.
México.- Entre el Consejo Político Nacional del PRI, el presidente Enrique Peña Nieto llamó a “sus compañeros de partido” a cerrar filas en torno al PRI, mantener la unidad partidista, hacer caso omiso a visiones derrotistas del partido, desmentir presuntos pactos políticos y los llamó a que, “como guerreros” salgan a convencer a la sociedad para ganar las elecciones de 2017 y 2018. Eso sí, les advirtió, primero el programa y luego los nombres.
Largo discurso en el que no omitió los casos de corrupción que se han registrado entre integrantes del PRI sobre los cuales, dijo, quienes han traicionado a México y al partido transgrediendo la ley pagarán por ello. Quienes se han desviado no merecen ser del partido y enfrentarán las consecuencias.
Sin embargo, Peña Nieto subrayó que no se puede juzgar a todo el PRI por las acciones de algunos de sus miembros. Por ello, expresó su respaldo a la integración de comisiones anticorrupción en el seno de ese instituto político, pues en el PRI no tiene cabida -aseguró- la corrupción, el encubrimiento y menos la impunidad.
Tras reivindicarse como orgullosamente priísta, aseveró que el tricolor ha hecho historia en la construcción de instituciones y en la conducción del rumbo del país durante décadas. Pidió imaginar qué sería de México sin las instituciones que en estos años ha edificado el PRI y recordó que su gobierno pugnó por impulsar la reforma más profunda del país en el pasado reciente.
Hubiera sido más fácil mantener la inercia del rumbo que tenía la nación, pero eso habría sido indigno de un presidente surgido del PRI. En este contexto aseguró que lo que está en juego para las elecciones de 2018 no sólo es la presidencia de la República sino todo lo que se ha logrado transformar en estos últimos años, las reformas que ahora empiezan instrumentarse.
Aseveró que en el 2018 estará en juego el que vuelvan modelos caducos o que afecten a estabilidad y nos devuelvan al estancamiento. En su discurso abiertamente priísta reivindicó la fuerza que, dijo, tiene el partido y dio su anuencia para que la dirigencia comience la labor al proyecto que enarbolará en los próximos años para continuar conduciendo las transformaciones del país.