El peor golpe para la NASA

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Hoy se cumplen 30 años de la explosión del transbordador espacial Challenger poco después de su despegue; a bordo iba la profesora Christa McAuliffe, la primera civil que saldría de la Tierra.

Agencias.

CIUDAD DE MÉXICO. El 28 de enero de 1986, un accidente que causó la muerte de siete astronautas, incluso la maestra de escuela Christa McAuliffe, y la destrucción del transbordador Challenger, paralizó por dos años el programa espacial estadunidense.

Fue un duro golpe para la Agencia Nacional Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). Seis de los tripulantes del Challenger eran ya veteranos en el programa espacial, mientras McAuliffe, había sido seleccionada en un concurso nacional para ser la primera maestra en dar clases desde el espacio.

De 37 años de edad y dueña de una personalidad alegre y lo que se describió como “un entusiasmo infeccioso”, McAuliffe se convirtió en una favorita de los medios y se volvió popular.

Pero para el día del lanzamiento, el 28 de enero de 1986, la décima misión del transbordador espacial Challenger y la 25 de los transbordadores ya parecía rutinaria y ni siquiera la presencia de McAuliffe pareció suficientemente fuera de lo común.

De hecho, mientras millares de salones de clase de escuelas primarias de todo el país estaban sintonizados con una transmisión especial de televisión de la NASA para presenciar el despegue, entre las cadenas comerciales sólo la Cable News Network (CNN), siempre hambrienta de eventos, transmitía en directo para el público general.

Pero la rutina cambió fatalmente: 73 segundos después del despegue, los jóvenes espectadores y quienes sintonizaban CNN vieron cómo la simple cauda del cohete se transformaba de súbito en una bola y dos rastros de vapor divergentes.

Uno de ellos era el cohete propulsor. El otro, el transbordador ya en trozos. La cabina cayó por dos minutos y 45 segundos hasta chocar, si se quiere, con la superficie del océano Atlántico a más de 300 kilómetros por hora. Se cree que al menos dos de los siete tripulantes seguían con vida en ese momento, aunque probablemente ya estaban inconscientes.

La causa del accidente fue atribuida a fallas técnicas derivadas de problemas estructurales en las juntas que unían al cohete impulsor con el transbordador, en concreto el sellamiento de una llamada “O ring” que mostró problemas a bajas temperaturas.

El desastre causó la suspensión de dos años de las misiones de los transbordadores espaciales, una decisión que se repetiría en febrero de 2003, cuando el transbordador Columbia se desintegró al reingresar en la atmósfera y causó la muerte de los siete tripulantes.

El programa de transbordadores espaciales de Estados Unidos fue iniciado en 1972 y concluyó en 2011.

En la actualidad la NASA se sirve de empresas como SpaceX para el transporte de material a la Estación Espacial Internacional, y para las misiones tripuladas depende de Rusia.