AGENCIAS. – Para responder qué tanta radiación producida por los rayos X puede recibir una persona a lo largo de su vida bien podría utilizarse la sabiduría popular: ‘Ni tanta que queme al santo ni tan poca que no lo alumbre’.
Esto se debe a que en bajas dosis, esta radiación resulta muy útil para realizar buenos diagnósticos, pues atraviesa la piel y permite ver en detalle toda la anatomía humana, con lo cual se pueden detectar fracturas, tumores o aneurismas, así como diagnosticar una neumonía. Sin embargo, en altas dosis puede ser perjudicial para la salud.
Todas las personas estamos expuestas de forma natural a la misma radicación que producen los rayos X, llamada radiación ionizante y que proviene del suelo, el agua o la vegetación en donde se encuentran más de 60 materiales radioactivos naturales. También existe la radiación ionizante artificial, la más frecuente de las cuales se utiliza en procedimientos médicos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta radiación, más allá de ciertos umbrales, puede quemar la piel y afectar el funcionamiento de órganos y tejidos. Ana Patricia Castro Sabogal, jefe del departamento de radiología de la clínica del Country y la clínica La Colina de Bogotá, explica que la radiación en forma acumulativa o en grandes dosis daña las células directamente y rompe pedacitos de su ADN, lo que las altera y produce enfermedades como el cáncer.
Castro Sabogal explica que la radiación que recibe un paciente cuando se le hace una radiografía no es de alta intensidad, está bien indicada y no genera mayores problemas para la persona, ya que no tiene riesgos. Además, para proteger a los pacientes, la legislación colombiana establece que no se pueden realizar radiografías que no estén ordenadas por un médico, quien tiene el criterio para determinar cuándo son necesarias y cuándo pueden ser riesgosas.
Como la radiación ionizante se va acumulando en el cuerpo, todos los procedimientos médicos que la utilizan hoy en día escriben en sus informes la dosis que recibió el paciente. Esta varía según la intensidad, el tiempo que se utiliza y el órgano del cuerpo que la recibe, pues unos tejidos son más sensibles que otros. Si una persona quiere saber cuánta radiación ionizante ha recibido en su vida a través de los rayos X, puede sumar las dosis de todos los exámenes médicos en las que ha sido utilizada.
¿Qué dosis es preocupante? Castro Salgado explica que existe una tabla de radiación de límites que se da por la edad, el género y el tipo de radiación, pero aclara que resulta casi imposible que un paciente llegue a estos límites solo por la cantidad de radiografías que se le tomen a lo largo de la vida. “Normalmente, los únicos pacientes que reciben más radiación son los hospitalizados a quienes se les hacen muchos estudios, pero esta se está controlando permanentemente”, precisa la radióloga.
Las cifras también indican que los exámenes médicos cotidianos son poco peligrosos. La OMS explica que para medir la radiación ionizante en términos de su potencial para causar daños se utiliza la dosis efectiva. La unidad para medirla es el sievert (Sv), el cual tiene en cuenta el tipo de radiación y la sensibilidad de los tejidos y órganos. El sievert es una unidad muy grande, por lo que se utilizan unidades menores, como el milisievert (mSv) o el microsievert (µSv).
Según la OMS, “los estudios realizados en poblaciones expuestas a la radiación en altas dosis, como por ejemplo los supervivientes de la bomba atómica o los pacientes sometidos a radioterapia, han mostrado un aumento significativo del riesgo de cáncer con dosis superiores a 100 mSv”.
Los estudios realizados en poblaciones expuestas a la radiación en altas dosis han mostrado un aumento significativo del riesgo de cáncer con dosis superiores a 100 mSv.
Por fortuna, las dosis de procedimientos médicos frecuentes como los rayos X son infinitamente menores. Según datos del Colegio Americano de Radiología, con unos rayos X en una extremidad, una persona recibe una radiación de 0,001 mSv o con una radiografía en la columna, 1,5 mSv.
Existen procedimientos médicos mucho menos frecuentes que producen radiaciones más altas, como la medicina nuclear. Por ejemplo, según la misma fuente, una tomografía computarizada puede producir una radiación de 25 mSv.
También existen otros procedimientos para estudios de imágenes que no producen radiación como las ecografías y la resonancia magnética. Además, a medida que la radiología ha ido avanzando en el mundo, cada vez utiliza radiación en dosis menores sin perjudicar la calidad de las imágenes.