Sin duda la economía mexicana muestra serios rasgos de preocupación, por una parte no se controla del todo los signos de inflación. El peso por su parte lleva cinco días devaluándose. La Bolsa de Valores con vaivenes ha perdido valor.
El Producto Interno Bruto (PIB), sigue estimando pérdidas, esta semana el Banco de México ajustó sus estimaciones a la baja entre 0.8 a 1.8 por ciento al cierre de 2019.
La semana pasada ha sido noticia de primeras columnas, la amenaza latente de DONALD TRUMP, de aplicar desde el 10 de junio un arancel progresivo desde el 5 por ciento a todos los productos mexicanos de exportación; pasando cada primero del mes hasta llegar al 25 por ciento al 1 de octubre. Lo anterior si México no detiene de tajo los flujos migratorios, además, también incluye el flujo de drogas (Sic).
Esta amenaza, va de la mano con la posibilidad que no se apruebe en definitiva la versión 2.1 del TLCAN, ahora llamado T-MEC. De ser así, México entraría a una franca recesión, sumando las fuerzas negativas de bajo crecimiento, con inflación y devaluación. Aparejado por lógica con la pérdida de empleos formales.
Ahora, observamos otra variable clave de nuestra economía que inicia perdiendo fuerza. Me refiero al gran motor que significan los envíos de remesas de nuestros paisanos, que actúan como una válvula de escape de nuestras atribuladas finanzas.
Ayer trascendió que, en abril de este año, las remesas tuvieron una caída del 0.73 por ciento, sumando la cantidad de 2 mil 861 millones de dólares, debido a que en marzo, los envíos de dinero tuvieron un incremento del 21.2 por ciento.
Según cifras oficiales del Banco de México, en abril las remesas tuvieron un promedio de 321 dólares.
En el primer cuatrimestre del año, éstas sumaron la cantidad de 10 mil 521.2 millones de dólares, un incremento del 5.8 por ciento a comparación del mismo periodo en el año pasado.
Las remesas en abril es su nivel más bajo desde octubre pasado, viéndose impactadas por un efecto de base negativo considerando que crecieron 14.8 por ciento en similar mes del año pasado.
Con este resultado, en lo que va del año el monto total recibido por este concepto es de 10 mil 521.2 millones, un crecimiento anual de 5.8 por ciento, desacelerándose respecto al 6.6 por ciento al cierre del primer trimestre del 2019.
Es pronto para afirmar si la evolución de envíos de remesas entrarán en desaceleración, pero es importante monitorear éstas para prevenir el futuro, ante las diferentes variables negativas que enfrentamos en nuestra economía.
«Amenazas de aranceles, ahora baja de remesas»
Tiempo aproximado de lectura: 2 minutos