Rafael del Castillo, que formó parte del Comité Organizador de México 1986, piensa que el país tiene que lanzarse por la candidatura de 2026.
Agencias.
CIUDAD DE MÉXICO. Una Copa del Mundo es el motor de las emociones para los aficionados y México se ha sumado a la intención de organizarla por tercera vez en su historia pensando en 2026.
Rafael del Castillo, miembro del Comité Organizador de México 1986, asegura que se tienen las condiciones para realizarla.
“México está súper listo. Si se hace bien, el futbol deja muchas ganancias. Es cuestión de hablar con los hombres de negocios de este país y sumarlos a todos, porque le entrarían sin miedo”, señala.
Pero han pasado 30 años desde que México organizó la Copa del Mundo. Las cosas han cambiado. De entrada, la FIFA se ha puesto más rigurosa con el cuaderno de requerimientos como la venta de cerveza para la empresa con la que tienen convenio y una inversión mínima de 10 mil millones de dólares. En Sudáfrica 2010, sólo por la venta de esta bebida en los estadios, se obtuvieron 8 millones de dólares.
Las miradas van sobre uno de los dueños de clubes más poderosos del país, Emilio Azcárraga, propietario de Televisa y del Club América, que dijo ayer, en un evento por el centenario de su equipo, que “todo es viable, mientras tengamos sueños grandes todo se puede lograr”.
Brasil, el último país en hacer un Mundial, tuvo bastantes problemas con sus ciudadanos, que organizaron varias manifestaciones por el costo del Mundial 2014. El país sudamericano invirtió 11 mil millones de dólares y ahora una difícil situación económica. Rusia, el siguiente anfitrión, en 2018, invertirá 20 mil millones de dólares.
“El problema con Brasil fue la construcción de estadios. No tenía sentido hacer varios nuevos cuando ya tenían muchos que simplemente necesitaban modificaciones. Ahí fue una cuestión gubernamental que les dio al traste. México, en cambio, tiene todo, los estadios están bien para recibir la Copa del Mundo, es cuestión de afinar detalles”, apunta Del Castillo.
Aquel Comité Organizador de 1986 saldó la cuenta que no pudo pagar Colombia, que tenía la sede originalmente. México hizo uno de los mejores eventos “y no nos gastamos mucho, precisamente porque no había dinero”, asegura Del Castillo.
En ese entonces fue famosa la frase de que con un bote de pintura se hace el Mundial: “Significaba que con menos gasto se harían bien las cosas, como sucedió”.
Hoy día la FIFA exige un mínimo de ocho estadios y un total de 12 con un aforo de 40 mil espectadores. En Brasil las distancias entre sedes causaron un problema. También requiere la FIFA un estadio con aforo de 80 mil espectadores o más para la inauguración y la final, pero con la condición de que ninguna ciudad tenga dos estadios.