Por Carlos López Arriaga
Cd. Victoria, Tam.- Activista nómada, con escaso sentido del arraigo, sin apego a paisajes ni a partidos, nació en Chihuahua, estudió en Nuevo León, fue alcaldesa en Tamaulipas y hoy es senadora en San Luis Potosí.
Hay quien la recuerda en sus años juveniles haciendo talacha dentro del PRI, para luego distinguirse como aguerrida militante del PAN, aspirante por MORENA a la gubernatura tamaulipeca y actual senadora potosina por el Partido Verde.
Ello, aunque diversos analistas ubican su futuro próximo en las filas de Movimiento Ciudadano, pues su carencia de lealtad a la alianza verde-guinda provoca disgustos en Palacio Nacional.
Y hoy, como en 2022, la doctora MAKI ORTIZ dice recio y quedito que la candidatura entrante ya le toca a una mujer. Aunque, a ciencia cierta, no se sabe a qué gubernatura se refiere, dada su condición de especie migratoria.
La de San Luis se vota en 2027; la de Tamaulipas en 2028. Cabría incluso pensar que busque ambas, salvo que surja un tercer antojo entre el vecindario huasteco, perspectiva que enciende focos rojos en Veracruz, Hidalgo, Querétaro y Puebla.
La dama es noticia porque declaró la guerra al congreso tamaulipeco desde su escaño senatorial, luego de que este órgano legislativo impidió al alcalde de Reynosa, CARLOS PEÑA, subir el impuesto predial por tercer año consecutivo.
El muchacho anda muy gastado, sus arcas municipales lucen cansadas y por ello desea que el contribuyente sufrague el alegre tren de vida que le permite ir de shopping al país de sus amores.
Los Estados Unidos, para ser más precisos, el Valle de Texas. Oiga usted, las mismas costumbres de sus enemigos, los hermanos CABEZA. Similar perfil, frivolidad, desarraigo, ambición desmedida.
EL CASO, AL SENADO
Pero ocurre que la legislatura estatal a cargo de HUMBERTO PRIETO le negó el permiso de incrementar el referido cobro del predial. Y es por esto que la mamá del muchacho, encaramada ahora en la cámara alta, ha hecho suya la causa, lo cual estaría reñido con la ley.
Le apoya en dicha causa otra figura errante de la política regional, JOSÉ RAMÓN GÓMEZ LEAL, expanista, luego morenista, ya también muy teñido de verde y además cuñado del exgobernador PANCHO CABEZA.
Resulta entonces que la referida dama anda peleando por el biberón de su bebé. Pide que le llenen la botella, más lechita para su mamila pues con la cantidad actual se queda con hambre. Que le pongan avenita y miel, pobre niño, no se vaya a desnutrir.
Solo que en ello, según conocedores, la dama estaría incurriendo en un “conflicto de interés”, considerado delito en los artículos tercero y 58 de la Ley de Responsabilidades Administrativas.
Los cuales configuran y sancionan dicha conducta, cuando el susodicho (la susodicha) procede en beneficio de algún consanguíneo. En esa categoría encajarían las acciones de doña MAKI.
LA AMENAZA AMARILLA
Y bueno, el arribo de DONALD TRUMP trajo consigo una estrategia de largo aliento para combatir la avalancha de productos chinos que violan los preceptos del tratado comercial de América del Norte, antes conocido por las siglas TLC y hoy TMEC.
Lo mismo TRUMP que su colega canadiense JUSTIN TRUDEAU acusan a México de prácticas desleales que traicionan al espíritu del tratado al permitir el ingreso de productos de fabricación china, desde chácharas y baratijas hasta automóviles.
Culpan de ello y de manera muy precisa, al secretario de Economía MARCELO EBRARD, a quien analistas del entrante equipo republicano señalan entre los principales agentes al servicio del comercio asiático.
En este contexto se explica la reacción observada por MARCELO al cerrar la semana pasada, cuando instrumentó una batida urgente contra grandes establecimientos dedicados a la venta de mercancía china en la capital mexicana.
Se movió tan rápido y con resultados tan efectivos que uno se pregunta por qué no habían intervenido antes, si recordamos que las cúpulas empresariales han sido muy insistentes en denunciar esta forma abierta de comercio desleal con fuerte tufo a contrabando.
ESCALA EL FENÓMENO
El negocio parece haber remontado a una etapa superior en sus puntos de venta. Antes encontrábamos la mercancía de dicho país dispersa en las tiendas de fayuca del centro y entre los tenderetes del comercio ambulante.
Ahora se distribuye en grandes almacenes abiertamente chinos, como el que fue intervenido por órdenes de EBRARD en pleno centro de la Ciudad de México.
Un enorme edificio de la calle Izazaga, en pleno centro de la capital mexicana y cuya fachada exhibe un gran letrero en letras luminosas que (una vez traducido del chino simplificado) reza: “Ciudad de comercio internacional de Yiwu, China.”
Otro caso, entre tantos, es el de la industria peletera y, en particular, la zapatera, de entidades como Guanajuato y Jalisco, que ha sucumbido ante la invasión de calzado plástico que viene, precisamente, del gigante asiático.
Por cierto, aquí, en la capital de Tamaulipas el dragón chino asoma abiertamente en amplios espacios de nueva creación. Entre otros puntos en (1) el Diez Carrera donde antes se ubicaba una mueblería de la familia ASSAD; (2) el Ocho Aldama, donde alguna vez estuvo una sucursal de FAMSA y también (3) en Plaza Palmas, local que por años albergó a los multicinemas de la cadena CINEMEX.
Impera el reino de la cantidad sobre el de la calidad. Si dura o no dura sería lo de menos, el principal argumento en favor de esas mercaderías es el bajísimo precio. Los nuevos tiempos políticos en Estados Unidos apuntan en la dirección contraria.
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