Deshielo de polos podría descubrir microorganismos sepultados por milenios

4929
Tiempo aproximado de lectura: 4 minutos

“Las pandemias no surgen de manera natural. Son tan antropogénicas como el cambio climático”, afirmó el doctor Julio Frenk Mora, ex secretario de Salud de México y actualmente Rector de la Universidad de Miami, EU.

Cuando las aguas heladas de los polos se derriten, por efecto del calentamiento global, quedan al descubierto microorganismos que han permanecido por siglos o milenios sepultados. Cuando se desplazan, ocupan zonas y regiones distintas en busca de condiciones propicias; se hospedan o manifiestan en animales y, dada la relación de éstos con seres humanos, podrían convertirse en casos como el “SARS-CoV-2”.

El cambio climático desempeña, por lo tanto, un doble papel en los procesos relacionados con el desarrollo de enfermedades: impacta directamente en la salud de las personas y amplifica las amenazas que afectan a la biodiversidad, lo cual favorece la expansión de los virus, hongos y bacterias causantes de enfermedades.

El calentamiento global no sólo lanza gases a la atmósfera, sino que propician el derretido de las masas heladas del planeta. Esto abre la posibilidad de que “puedan ver la luz virus de distintos tipos que han permanecido cientos o miles de años en el ‘permafrost’ (suelos congelados), indican expertos en la materia.

A propósito de la presencia del virus tipo “SARS-CoV-2” en México y el mundo, el académico Julio Frenk afirmó que, desde finales del siglo pasado, “la frecuencia en las pandemias ha ido en aumento y esto es reflejo de la invasión y destrucción de hábitats, las prácticas inhumanas y no sustentables asociadas con la cría moderna del ganado y aves de corral, sin dejar de mencionar la explotación agrícola y ganadera en forma intensiva.

“Todo ello facilita que los microorganismos crucen las barreras de las especies. La perspectiva es que no podemos seguir por este camino de desarrollo desmedido e incontrolado sin pagar un costo muy elevado no solo para el resto del planeta, sino también para nuestra propia especie”.

Cuidar el planeta para evitar otras pandemias, recomiendan científicos y expertos de la Organización de Naciones Unidas, de la Organización Mundial de la Salud y otras entidades internacionales, como WWF (World Wildlife Fund), las cuales afirman que, “el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles al humano, aumenta sensiblemente con la destrucción de la naturaleza, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático”.

Existe una relación directa entre la salud de nuestro planeta y el bienestar humano, asegura el área de Conservación de WWF. “Múltiples estudios muestran cómo la destrucción de la naturaleza aumenta el riesgo de la aparición de enfermedades”. Este es el caso de la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2.

En el momento en que la naturaleza se altera o se destruye, se debilitan los ecosistemas y se facilita la propagación de agentes en potencia patógenos. Las principales causas que fomentan la pérdida de la biodiversidad en nuestro planeta, son la deforestación, el tráfico de especies, la explotación agrícola y ganadera intensivas y el cambio climático, indicó esa organización.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, (OMS) tiene detectadas más de 200 enfermedades zoonóticas; es decir, males y parásitos que se transfieren de las especies animales a los humanos. Además, el mismo organismo internacional señala que, hasta 70 por ciento de los males humanos, tiene que ver con ese origen.
El cambio climático desempeña, por lo tanto, un doble papel en los procesos relacionados con el desarrollo de enfermedades: impacta directamente en la salud de las personas y amplifica las amenazas que afectan a la biodiversidad, lo cual favorece la expansión de los virus o bacterias.

Por otra parte, sobre el deshielo de los glaciares, pongamos en contexto que ocupan el 10 por ciento de la superficie terrestre y, junto con las capas de hielo, suman casi el 70 por ciento del agua dulce del planeta Tierra. La razón de que los glaciares se derriten, está en el aumento de la temperatura terrestre con una intensidad decreciente desde mediados del siglo pasado.

La Universidad de Zurich revela en un estudio sobre el particular que, el deshielo glaciar se ha acelerado desde hace unas tres o cuatro décadas. La pérdida de hielo alcanza 335 mil millones de toneladas anuales, lo que supone el 30 por ciento del ritmo actual de crecimiento de los océanos.

Este proceso se manifiesta en el crecimiento del nivel del mar. Desde 1961 la crecida de los océanos alcanza 2.7 centímetros. Es de señalar que los glaciares del mundo tienen un potencial de 170 mil kilómetros cúbicos, lo cual equivaldría a aumentar, hipotéticamente por ahora, para aumentar el nivel del mar en casi medio metro.

Los científicos e investigadores de muchos países, coinciden en que, para detener el cambio climático y preservar los glaciares, es imprescindible disminuir las emisiones mundiales de Bióxido de Carbono (CO2), un 45 por ciento en la década de 2021 – 2030, y a CERO después de 2050. Sólo así, disminuiría el calentamiento global. Pascacio Taboada Cortina.