Por Ramón Durón Ruíz (†
Hay una frase que tiene un gran mensaje, hoy la parafraseo “La gente espera ansiosa cinco días para quellegue el fin de semana y disfrutarlo; espera meses para que lleguen las vacaciones y disfrutarlas, y espera toda la vida… ¡Para ser feliz¡”
El viejo Filósofo ha aprendido ¿Por qué esperar cinco días, esperar todo el año y esperar toda la vida para disfrutarla y ser feliz? si puedo disfrutar la fiesta de la vida y ser inmensamente feliz ¡¡HOY!!
Marci Shimonoff afirma: “Cada cosa que pensamos, cada cosa que decimos, está creando nuestro futuro” y este viejo campesino, bien que sabe que la transformación es lingüística, por eso cuido mis palabras y mis pensamientos, –omito el odio, la ira y resentimiento.
Cada nuevo amanecer trato de que en mis emociones, pensamientos, palabras y actitudes se exprese sólo el poder del amor, porque fui credo por amor, y porque es a través de ellos que se edifica la grandeza de mi vida y por añadidura la felicidad.
En la modesta comprensión que me da de la transitoriedad de la vida, sé que Dios trajo a este Filósofo a una tarea específica: ¡Ser feliz! y trasmitirte un mensaje de amor y la sana alegría que provee el sentido del humor; para que juntos compartamos el milagro del nuevo amanecer y seamos felices.
El afamado Sócrates dijo: “Yo sólo sé… que no se nada, […yo tampoco se nada…. y no ando presumiendo]” yo, que nada sé, HOY te recuerdo que eres un regalo divino y tienes la capacidad de elegir cómo vas a construir tu vida, y quiero que elijas construirla, entorno al energético poder del amor y el humor.
El amor, porque genera en tu cotidianidad una sensación de plenitud, dicha, armonía y equilibrio, que mezclado con el humor, concibe un estado de bienestar sin comparación, que además de mantener tu cuerpo sano, te da una perspectiva positiva de la vida y te ayuda a recuperar el sentido del logro.
Está muy claro que amar y sonreír por sí mismos no eliminan tus problemas, pero te llevan a verlos desde una perspectiva más optimista.
Cuando te das el permiso de disfrutar de un estado de bienestar, concebido a través del amor y del humor, tu cuerpo libera los químicos de la felicidad: endorfinas, inmunoglobulina “A” y serotonina, que refuerzan tu sistema inmunológico.
Amar y sonreír tienen la magia de beneficiar tu mente-cuerpo-alma, al disminuir tu tensión y traer consigo equilibrio mental, bienestar físico y emocional, una óptima relación con tus seres queridos y con la vida y por ende una reconfortable paz interior.
Los años me han enseñado aprender a vivir en el HOY, viviendo cada momento como si fuese el último, sabiendo que el miedo, alimenta el ego, genera odio, resentimiento, ira, rencor, frustración, que en conjunto rompen mi armonía con el universo.
Por el contrario si vas por el camino amando, respetando, dándole su lugar a cada quien, sonriendo, sembrando humor y escuchando el placentero sonido que genera la palabra gracias, traen paz espiritual, entonces te conoces mejor y si te conoces bien, sabes a dónde vas y el que “sabe a dónde va… tiene la mitad del camino recorrido”.
La paz del alma es la mejor manera de comunicarte con la vida y también con tu divinidad interior, es el camino para concentrar tus poderes, unificar el estado de conciencia y concentrar tu ser, en lo que quieres, en el correcto discernimiento, que acomoda tus prioridades, supera emociones negativas y elimina el desasosiego que turba tu alma.
El viejo Filósofo, ya curtido por las enseñanzas que le dan los años, sabe que los hombres pensamos que el sueño de toda mujer es encontrar al hombre correcto, para ser feliz, pero ¡NO!, el sueño de toda mujer es: ¡COMER SIN ENGORDAR!
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