Vicente Gutiérrez de 86 años, tenía un puesto de dulces en el ocho Hidalgo, sin embargo la competencia lo dejó en la quiebra, por lo que hoy pide limosna sentado afuera de una joyería.
Vicente Gutiérrez mejor conocido como “Chenchito”, se sumó al grupo de abuelitos que mendigan por las calles de la zona centro de la ciudad. Y es que el puesto de dulces de donde trabajaba para sobrevivir, quebró por la llegada de más vendedores que inmediatamente acabaron con sus ventas.
Desde muy temprano ‘Chenchito’ yace en la banqueta afuera de una joyería, esperando el apoyo de los ciudadanos que algún día lo vieron atendiendo una pequeña casilla de periódicos instalada en la plaza del ocho.
Don Vicente tiene su domicilio en la Colonia El Mirador y para trasladarse se apoya de un bordón para aminorar el dolor en la rodilla que padece desde hace varios años.
“Todos los días hago como una hora para llegar, tomo la pesera del 12 por 16 y llego aquí como a las ocho, antes vendía aquí el periódico, pero ya les dije que no me lo trajeran porque se me queda casi todo”.
‘Chenchito’ era conocido por vender dulces, cigarros, periódicos y refrescos a un costado de la plaza, ahora la casilla donde despachaba su mercancía se encuentra como la dejó hace más de un año, ya que nadie la ha vuelto a ocupar.
El hombre de la tercera edad mencionó que sus ventas no le daban ni para pagar el derecho de piso, por eso tuvo que moverse con su cajón de dulces a otros puntos de la zona centro, pero de todas partes fue desplazado por los demás comerciantes.
“Yo estaba muy bien en la casilla donde vendía, pero luego llegó una señora y se fue metiendo y se fue metiendo hasta que me quitó el lugar. Ahora ya no vendo nada y eso que era muy puntual con mis pagos de piso, pero ya no pude y me quitaron de ahí y de muchas otras partes”.
Es originario de Tula, Tamaulipas donde se dedicaba a la agricultura y radica en Ciudad Victoria desde los años 30’s .
Mencionó que su familia llegó a la capital buscando un futuro mejor, pero siendo aún muy niño perdió a sus padres, por lo que tuvo que trabajar para ayudar a la economía familiar.
“Perdí a mis padres cuando era chico y antes los niños no tenían tantos apoyos como los tienen ahorita, si no teníamos quien nos mantuviera teníamos que trabajar en lo que saliera, vender periódicos, dulces, de barrenderos o ayudantes de albañil, desde chiquillo me hice bien listo y nadie me hacía tonto, yo exigía mi paga completa”.
Lleva años viviendo de una pequeña pensión que recibe después de haber laborado en el rancho del torero Manolo Martínez , en el municipio de Llera, pero es una módica cantidad por la cual peleó legalmente después de la muerte del torero.
“La esposa de Manolo me dijo que no me tocaba nada, pero yo no quedé conforme y metí demanda con licenciado y todo, pero perdí, según me dijo el licenciado no había nada para mí, pero fui en persona y alegué ante los familiares de mi ex patrón, no sé cómo le hice, pero me quedé con este dinero sin ayuda de nadie”.
Gracias a que nunca se rindió ‘Chenchito’ sacó adelante a cinco hijos y su más grande satisfacción que tiene es ver que todos han hecho su vida, mientras él sigue con la esperanza de montar nuevamente su pequeño negocio que es fruto de su pelea por obtener la pensión que le correspondía.
SABÍAS QUÉ…
‘Chenchito’ era conocido por vender dulces, cigarros, periódicos y refrescos a un costado de la plaza, ahora la casilla donde despachaba su mercancía se encuentra como la dejó hace más de un año, ya que nadie la ha vuelto a ocupar.