– Lo que faltaba… reos mantienen “a raya” a fuerzas del orden
– Con armamento de grueso calibre recibieron a los policías
– Miles de balas se dispararon durante la refriega
GRAVE, extremadamente grave lo ocurrido entre la tarde del martes y mañana del miércoles en el centro penitenciario de ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas.
La asombrosa capacidad de fuego de los internos prácticamente tuvo “a raya” a las fuerzas del orden por poco más de 15 horas, de acuerdo a testimonios e información en redes sociales.
Con todo y la intensidad de la balacera, el boletín gubernamental indica que murieron siete personas y 12 más resultaron lesionadas. La información oficial especifica que tres policías y cuatro reos perdieron la vida en el intercambio de fuego.
Obviamente, el imaginario colectivo no da crédito al parco resultado de la refriega al resultar desproporcionado con los miles de disparos que se dejaron escuchar durante las largas horas del incidente.
El informe oficial refiere que los elementos policiales de Fuerza Tamaulipas fueron recibidos a balazos cuando se disponían a realizar un cateo en busca de armas, drogas y objetos no permitidos en el interior del Centro de Ejecución de Sanciones.
Sin embargo, la vox populi asegura, por un lado, que se trató de un enfrentamiento entre grupos delictivos que se disputan el gobierno penitenciario y, por otro, que la reacción violenta obedeció a un intento por impedir la excarcelación de líderes a otras cárceles tamaulipecas.
Al margen del motivo que originó la infernal balacera que mantuvo en zozobra a los victorenses radicados en la zona de Tamatán, donde se ubican las instalaciones carcelarias, la preocupación mayor estriba en el grado de descomposición del orden y las reglas carcelarias.
Por lógica simple, armamento y municiones ingresaron al interior de la cárcel cueruda con la complicidad de quienes tienen a su cargo la administración y vigilancia del edificio e internos. Resultaría imposible en condiciones normales que el material bélico burlara los filtros de revisión instalados en los puntos de ingreso al penal.
No obstante, es todavía más preocupante que a pesar de que recientemente las fuerzas federales y estatales realizaran una revisión minuciosa de los espacios carcelarios, no se haya detectado el arsenal para uso exclusivo del personal militar.
Vale la pena precisar que lo ocurrido entre el pasado martes y miércoles es la sexta ocasión en que el Penal de Tamatán es el centro de atención de distintos espacios mediáticos. A raíz de la fuga masiva de internos en el primer trimestre del año en curso, hasta la fecha se ha mantenido la violencia extrema en ese centro penitenciario.
Para mala imagen de Tamaulipas y los tamaulipecos, tanto la capital cueruda como la petrolera ciudad Reynosa siguen registrando hechos violentos que impiden la tranquilidad ciudadana y obstaculizan la productividad en distintos sectores de la economía.
Desde otra perspectiva y ante los graves acontecimientos, es cada vez más urgente y necesario que se reanude la edificación del nuevo centro penitenciario, cuyo proyecto duerme el sueño de los justos gracias a los buenos oficios (léase raterías) de los exgobernadores EUGENIO HERNANDEZ FLORES y EGIDIO TORRE CANTU.
La cárcel victorense se encuentra ubicada en el mismo sector en donde funcionan las instalaciones del DIF Estatal, dos centros educativos, oficinas gubernamentales, el zoológico de Tamatán y, por supuesto, familias que por años han vivido en ese sector popular de la capital tamaulipeca.
Ni hablar.
Y hasta la próxima.
P.D.- En un día como hoy, pero hace 42 años, fue impresa la primera edición de El Diario de Matamoros, fundado por Don Mario Díaz Rodríguez (QEPD). Desde entonces y hasta la fecha, este medio de comunicación continúa informando y sirviendo a la sociedad.
¡¡Salud!!
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