¿Más de lo mismo?

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– Viejos vicios con vientos del cambio

– Asignan obras a empresas pobretonas

– Truenan vecinos del Fracc. Valle Alto

LOS viejos vicios en la asignación de obras de infraestructura urbana siguen ocasionando problemas de carácter social, sin que hasta el momento se note una diferencia entre el pasado y los vientos del cambio.

Un ejemplo claro y concreto de lo antes expuesto es lo que ocurre en dos frentes de trabajo en esta ciudad fronteriza soportados con recursos del Fondo Nacional de Desastres Nacionales (FONDEN). Uno de ellos se localiza en la calle Valle del Amazonas entre Pampa y Encino del fraccionamiento Valle Alto y, el otro, en la avenida Plan de Ayutla a la altura de la España.

Ambos frentes de trabajo pertenecen a un total de 27 “caídos” que dejó como saldo una tromba que azotó en la región en 2015. Luego de declararse zona de desastre, el FONDEN reconoció esos daños en la redes del drenaje sanitario y autorizó 29 millones de pesos para reparación de los mismos, recurso que recibió hace un par de meses la actual administración estatal.

Hasta ahí nada fuera de lo normal en cuanto al procedimiento oficial en esos casos en que la naturaleza es la responsable de los daños.

El problema estriba en que el gobierno del estado asigna obras a empresas constructoras foráneas, lo que no tendría nada de extraordinario, siempre y cuando sus estimaciones sean las más rentables. Lo lamentable es que las ganadoras de las licitaciones no tengan suficiente solvencia económica para la ejecución de las obras y, en consecuencia, dependan de los recursos que a cuentagotas aporta la Secretaría de Finanzas.

Justo a ello obedece la inconformidad social que ha estallado entre los vecinos que residen a lo largo de la calle Valle del Amazonas en aquel sector residencial, que llevan tres meses de sufrir las consecuencias del burocratismo y añejos vicios.

Resulta que luego de la supuesta o real licitación, la Dirección de Obras Pública del Gobierno del Estado asignó la obra a la Constructora Guayalejo, con residencia en el puerto de Tampico. Ante su incapacidad técnica y financiera, a las pocas semanas fue relevada por otra empresa con domicilio fiscal en ciudad Reynosa que, a su vez, subarrendó el contrato a una constructora local.

La obra consiste en la reposición de 80 metros lineales de la red de drenaje sanitario y la conexión de las respectivas descargas domiciliarias. Los trabajos iniciaron el lunes 28 de agosto y a la fecha, 27 de noviembre, el avance no supera el 50 por ciento. El plazo acordado para la entrega de la obra fue, precisamente, de tres meses.

La situación se complica por la negligencia mostrada por la representación de la Dirección de Obras Públicas en el Norte del Estado, a cargo del ingeniero LUIS OROZCO, y la gerencia técnica de la Junta de Aguas y Drenaje de la ciudad de Matamoros, bajo la tutela del ingeniero GILBERTO ESCOBEDO.

Ambos funcionarios han puesto oídos sordos a los justos reclamos de los vecinos, que llevan tres meses de vivir con una peligrosa zanja frente a sus domicilios. Resulta inconcebible la apatía de OROZCO y ESCOBEDO para cumplir con sus respectivas responsabilidades.

Si bien es cierto que la JAyD no es la responsable de la ejecución de la obra, también es una verdad de a kilo que, al final de la jornada, la paramunicipal recibirá el trabajo realizado.

Los trabajos se complican porque la Junta de Aguas no entrega los planos de las redes subterráneas, por lo que el personal de la empresa constructora desconoce distancias y profundidad, para evitar daños, como está sucediendo.

Es una verdadera lástima que los vientos del cambio continúen con las mismas prácticas a la hora de asignación de obras y, peor aún, que se contrate a constructoras que abaratan costos pero que no cuentan con un techo financiero que les permita operar hasta en tanto el gobierno estatal les libera el recurso convenido.

Ni hablar.

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx