¿Cuántas posibilidades existen de que el Presidente de la República se entreviste con un narco o un enviado del mismo, reciba un soborno en millones de dólares, 100 dicen sus acusadores, para al final nadie sepa de ello?
La lógica dice que ninguna, que para ver al presidente, entrevistarse con él de la forma más oculta posible, tendría que ser con el contubernio, por lo menos, del Estado mayor presidencial, de un general y la cadena de mando hasta toda una guardia qué, créalo, no son pocos y menos si hablamos de los que cuidaban a Felipe Calderón o a Enrique Peña Nieto.
El comentario viene a colación porque, otra vez, en el juicio que se le sigue a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, allá en Nueva York, uno de los testigos afirmó que de parte del narco se le entregaron 100 millones de dólares a Enrique Peña Nieto, antes otro testigo más habría dicho que los pagos para protección del delincuente venían desde el sexenio de Felipe Calderón y que siempre fueron en sumas multimillonarias y en dólares.
Suena a cuento chino, a inventos de los presuntos testigos del fiscal de Estados Unidos con el afán de buscar el perdón de la justicia gringa o que está sea benévola a la hora de juzgarlos, de ser posible, que les de la libertad y la nacionalidad americana a cambio de permitirles meter sus narices en la política de México, en este caso.
Cierto es, en los sexenios de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto el gobierno mostró una pasividad terrible contra algunas bandas que azotan diferentes partes del país, más real es que a ambos se les ha acusado de tener mucho dinero de manera inexplicable ya que no han hecho otra cosa que política, pero de ello a que cualquier delincuente se les pueda acercar, platicar y sobornarlos con millones de dólares es otra cosa.
Es imposible defender a Felipe o a Peña Nieto en el tema, la sociedad mexicana los considera culpables de cualquier cosa que se les acuse y por una razón, nunca hicieron lo suficiente para regresarnos la paz, es más, hasta actuaron con indolencia al grado de que si semejaron ser cómplices de la delincuencia en muchos casos.
Esa, la percepción de la gente, es la que hace posible y hasta real la versión de que parte del dinero que se cobra en sobornos, moches o cómo se les quiera llamar, haya llegado hasta los bolsillos del presidente en turno vía regalos, vía maletas que les hicieron llegar sus subordinados, entre otros métodos.
Pero, además, la versión de que un narco le entregó al presidente Enrique Peña Nieto 100 millones de dólares para que los protegiera es algo que los mexicanos nunca llegaremos a comprobar, se ve irreal la posibilidad de que se les juzgue en este país a cualquiera de los antes mencionados, con todo y lo que dejaron de lastre puede decirse que hasta hoy la figura de ex presidente pesa y no se va a tocar por cuestiones políticas más que por falta de ganas.
Para desgracia de los expresidentes no se necesita un juicio para que los mexicanos consideren que son culpables de todo lo que se diga y más, este país se derrumba, vive sus peores momentos y todo se lo debemos a las políticas erróneas o a las complicidades de los mencionados con delincuentes o malos políticos que no supieron responder a las expectativas del pueblo.
Es, desde luego, menester que el gobierno actual investigue hasta sus últimas consecuencias esos presuntos sobornos de El Chapo, si son reales van a comprobarlo porque en este país quizá se pueda escapar un delincuente pero no un centavo, el dinero es algo que deja mucho rastro porque, como decían las abuelas, es algo que junto con lo enamorado y lo pendejo (sin alusión a los mencionados), siempre se notan y más si quien lo persigue es el SAT.
En otras cosas… En gira de trabajo por Nuevo Laredo, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca asistió a la Toma de Posesión y Protesta de Bandera del General de Brigada D.E.M. Rogelio Gómez Magaña como nuevo Comandante de la Guarnición Militar de Nuevo Laredo, ceremonia que se llevó a cabo en las instalaciones del 16° Regimiento de Caballería Motorizada.
Asimismo presidió la reunión ordinaria del Grupo de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz, con la participación de autoridades del Gobierno del Estado de Tamaulipas y mandos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Secretaría de Marina (SEMAR), Procuraduría General de la República (PGR), Policía Federal, entre otros.
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