Psicosis y fase dos

-Preguntan por el Consejo de Salud -Más de 100 infestados en la fase uno -Coronavirus y las compras de pánico

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Por Mario Díaz

UN sector importante de la sociedad mexicana insiste en señalar que el gobierno federal no está enfrentando atinadamente el grave problema que representa la pandemia del Coronavirus.

Quienes así opinan son de la firme idea de que el Consejo de Salud ya debería de haber tomado cartas en el asunto y aconsejar en consecuencia al presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, las acciones a seguir.

Por el momento, México está enfrentando la primera de tres fases del avance de la pandemia, lo que podría explicar el porqué del relativo bajo porcentaje de casos confirmados del COVID-19. La fase uno registra los casos de infección por importación, es decir, aquellas personas que se contagiaron con el virus, fuera del país.

Aunque, obviamente no deseable, muy seguramente las autoridades sanitarias aztecas atenderán a centenas de infectados, una vez que la propagación del virus de procedencia oriental se manifieste por contagio local.

La fase tres, de acuerdo a la autoridad sanitaria, es el resultado de la propagación generalizada que provoca no centenas, sino miles de personas afectadas por el COVID-19.

Es probable que el gabinete de salud de la Cuarta Transformación base su criterio de actuación en que el Coronavirus aún no rebasa la fase uno de la grave tercia.

Aunque, como es del dominio público, ante la falta de medidas preventivas, el gobierno italiano y el español enfrentan una crisis sanitaria que mantiene en aislamiento a sus habitantes.

La geografía continental en el país chino en donde se detectó el primer caso de Coronavirus, sería la explicación lógica acerca del porqué la pandemia causó severos estragos en varios países del viejo continente.

El desplazamiento humano intercontinental trasladó el contagio hasta el continente americano, situación que mantiene en crisis a países del norte, centro y Sudamérica.

El fantasma de la psicosis colectiva también acompaña a los efectos propios en la salud del agresivo virus. Las compras de pánico que se registran en centros comerciales estadounidenses y norte de la república mexicana, son ejemplos bastante exponenciales.

Alimentos no perecederos, agua, gel antibacterial, papel sanitario y desinfectantes son, entre otros, los artículos más solicitados por los compradores, quienes así pretenden enfrentar la fase dos de la propagación.

Lamentablemente, los compradores impulsivos no toman en cuenta que las grandes cadenas comerciales cuentan con bodegas repletas de mercancías, por lo que el reabastecimiento solo implica el tiempo de traslado a los centros de consumo.

Con todo y que las medidas sanitarias preventivas que han adoptado los tres niveles de gobierno podrían ser blanco de algunas críticas, lo cierto es que son altamente necesarias para que los ciudadanos se vayan adaptando a los hábitos de higiene y prevención que se requerirán una vez que al avance del Coronavirus alcance la fase dos.

Lo recomendable en la primera fase es que el gobierno federal y los estatales designen áreas en los hospitales debidamente aislados, acondicionados y con los insumos necesarios para atender a las personas contagiadas localmente.

El gobierno chino construyó en diez días un hospital para atender exclusivamente a los infectados por el Coronavirus y en el estado mexicano de Hidalgo, el gobierno local se prepara para enfrentar la contingencia de salud con un hospital inflable.

Por lo pronto, con más de un centenar de contagios, México se prepara para resistir las doce semanas que la Secretaría Federal de Salud estima para que desaparezca o se controle el mortal ente virulento.

Y hasta la próxima.

mariodiaz27@prodigy.net.mx