Agencias.- Miles de trabajadores de la salud de Nueva York, Estados Unidos, prefirieron perder el empleo antes que vacunarse contra el covid-19, luego de que el lunes 27 expiró el plazo fijado por el gobierno neoyorquino para inocularse, bajo amenaza de perder el trabajo.
Además, el Departamento del Trabajo de Nueva York emitió un documento donde advirtió que los trabajadores no vacunados tampoco podrán cobrar el seguro de desempleo, a menos que presenten una nota médica que los respalde.
Hasta el miércoles de la semana pasada, 70 mil de 450 mil trabajadores hospitalarios de ese estado no se habían vacunado, según datos de la prensa local.
El porcentaje se redujo de 25% a 16% desde el 16 de agosto, cuando el exgobernador Andrew Cuomo declaró obligatoria la vacunación como condicionante para conservar el empleo, bajo el argumento de que sólo así se frenaría la expansión de la variante delta del coronavirus.
Aunque son una minoría, su suerte tendrá un peso determinante en el rumbo que tome la política de vacunación contra el covid-19 en Estados Unidos, informó BBC Mundo.
Nueva York tiene una de las órdenes más estrictas de Estados Unidos para vacunarse, por lo que no existen excepciones para no inocularse por motivos religiosos, lo cual ha sido cuestionado por los tribunales.
“Nuestros héroes del sector salud encabezaron la batalla contra el virus y ahora necesitamos que lideren la batalla entre la variante y la vacuna”, indicó Cuomo, quien además expuso que la aplicación del biológico también es obligatoria para los maestros de escuela.
Incluso alentó a los negocios privados a establecer la vacunación como requisito para admitir a clientes en sus locales.
El pasado viernes 24, la nueva gobernadora de Nueva York, Kathy C. Hochul, advirtió que podría contratar a trabajadores de la salud temporales desde Filipinas o Irlanda para cubrir las plazas que desocuparon los no vacunados, y podría declarar estado de emergencia por la salida masiva de los antivacunas.
También advirtió que podría pedir el apoyo de la Guardia Nacional con entrenamiento médico, así como del gobierno federal, para que dispongan de personal de salud de los equipos de emergencia frente a desastres para vacunar a la gente.
A diferencia de lo que sucede en otros países, donde escasean las vacunas, en Estados Unidos no faltan dosis, sino gente que quiera vacunarse contra el covid-19.
Hasta el lunes 27, el 66.6% de los estadounidenses mayores de 18 años estaban completamente vacunados y el 77.1% había recibido una dosis, según las autoridades sanitarias.
A mediados de abril de este año, la tasa diaria disminuyó de 3.35 millones a 703 mil la semana pasada.
¿Por qué no se vacunan?
Las autoridades sospechan que es por falta de confianza en el biológico desarrollado en Estados Unidos o porque no creen en las autoridades gubernamentales ni sanitarias.
De acuerdo con una encuesta, elaborada en agosto pasado por el Centro Pew, casi nueve de cada 10 entrevistados no vacunados se justificaron diciendo que había demasiada presión sobre los estadounidenses para ser inoculados.
Otros ocho de cada 10 coincidieron con la frase: “no sabemos realmente si hay riesgos graves para la salud por las vacunas contra covid-19” o que “los funcionarios de salud pública no nos están diciendo todo lo que saben sobre las vacunas contra el covid-19”.
Además, 78% se manifestó en contra de las medidas para enfrentar la pandemia, que los hace sospechar de que algo ocultan las autoridades sanitarias, y 75% confiaba cada vez menos en sus recomendaciones.
Las encuestas revelaron que el porcentaje de estadounidenses no vacunados hasta el momento, por voluntad propia, es de entre 14% y 26%.
El sondeo de la Fundación Kaiser señaló al 14% declarando que nunca se iba a vacunar; 3% solamente lo haría si es por motivos laborales, educativos o de otra índole. Los mismos argumentos tiene el 15% de los trabajadores de la salud que no quieren vacunarse.
Otros se ampararon en que la obligatoriedad de inocularse viola sus libertades individuales y otros creen que al ya haberse enfermado y superado el coronavirus tienen una inmunidad natural sin caducidad, aunque los especialistas afirman que este tipo de protección es insuficiente.
Rhode Island, Maine, Oregon y el Distrito de Columbia, la capital del país, han establecido que los trabajadores de la salud están obligados a vacunarse para seguir en sus puestos de trabajo. En California, Nueva Jersey, Pennsylvania, Maryland e Illinois solo les piden pruebas de detección de coronavirus de manera regular, pero definitivamente lo que ocurra en Nueva York marcará precedentes sobre lo que sucederá en el resto de Estados Unidos.