Pocos amigos y muchos traidores

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Se acabó la era política de la “corbata naranja”; banderolas, playeras y otros objetos que, por voluntad o inercia, se impuso en los últimos seis años.

El hombre cumplió con el protocolo del adiós. Ya se va. Se despidió de los diputados en un largo e inesperado mensaje que llevaba escrito.

De todas maneras EGIDIO TORRE CANTU no dijo nada nuevo al momento de entregar su sexto informe de labores. Nada espectacular, por lo cual se le tenga que recordar en la posteridad.

¿Le faltaron asesores?, un par de lágrimas habría sido la diferencia. Digamos que un perdón por lo no alcanzado en el sexenio. La innovación de los nuevos tiempos. El marketing.

En Palacio Legislativo pronunció un discurso de 35 minutos en que tocó los principales rubros de la administración, menos la deuda pública que deja.

Si bien hace cinco años nueve meses rindió protesta ( Polyforum) perseguido por amigos, buscachambas y contratistas, esta vez el pequeño recinto de “gayola” del Congreso tenía espacios vacíos.

Estuvo rodeado por muy escasos amigos y mayoritariamente por traidores y malagradecidos. Eran más los aparentes contrincantes que fueron a  saludarlo, como GUSTAVO CARDENAS GUTIERREZ.

Para el día último del mes, cuando entregue las llaves de la Casa de Gobierno y Palacio a su sucesor, se irá solo. Muchos de los que fueron sus amigos, lo estarán negando y otros habrán completado la traición.

En esta aventura sexenal la culpa no fue suya. Es de quien lo puso en el camino de la política sin tener experiencia. Le dijo cómo llegar pero no lo más difícil: Cómo salir del gobierno después de ser víctima de la adulación.

Lo rescatable del evento fue la presencia de dos figuras que, en los buenos y malos momentos políticos han sido institucionales, los ex gobernadores MANUEL CAVAZOS LERMA y EUGENIO HERNANDEZ FLORES. Con sus defectitos pero ahí están.

Pero hasta eso, ahí en gayola no tenían reservado su asiento. Permanecieron de pie hasta que una alma caritativa interpretó que, como ex gobernadores, merecían cierta atención.

EGIDIO se llevó solo los escasos reflectores.

Si bien por cortesía invitó a su sucesor FRANCISCO CABEZA DE VACA, éste no asistió. Prefirió que el último brillo del sexenio se lo llevara el constructor. Mandó como su representante al seguro secretario de Desarrollo Social, GERARDO PEÑA FLORES.

CABEZA no podía “robarle” el evento. TORRE será Gobernador hasta la medianoche del último día de septiembre y eso el reynosense lo sabe muy bien. Es político.

Y lo dejó solo su amigo BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, el “difuntito” ex candidato tricolor al Gobierno del Estado. Solo asistió un MARCO BERNAL que sabe tragar muy bien  -sin hacer gestos, dice el refrán- los sinsabores de la política.

De todas maneras, TORRE correspondió con un mensaje para su sucesor: “Le deseo el mejor de los éxitos, le deseo que le vaya muy bien”.

Más pareció de obligada cortesía que salirle del alma o con la sinceridad de los hombres de palabra firme.

Más tarde, en el teatro Amalia, sería el último encuentro con la clase política priísta, la familia y los mismos traidores. Lo desairaron.

Llega a su fin la era de “la corbata naranja”, esa que puso de moda en los primeros días del 2011 y tantos comentarios cortesanos le originaron en medios impresos y redes.

Así como llegó así se fue. Cuando menos el color y la corbata no pueden gestar emboscadas políticas.

Lo acompañó ENRIQUE OCHOA REZA, el jerarca nacional tricolor. Es que, en su novatez política, le ha dado por asistir a bautizos, bodas, confirmaciones, misas y velorios de hombres y organizaciones de su partido. Todo para cumplir la promesa de revertir cada madrazo que le aseste la oposición.

A bote pronto ¿qué ganó OCHOA con venir a Tamaulipas al informe a uno que se va?, si acaso conseguir más rechazo social del que ya tiene el priísmo en esta tierra afectada por la inseguridad, y cuya manifestación se dio el siete de junio.

¿Y los gobernadores de las entidades vecinas?. Por el amor de Dios, son tan convenencieros que le dieron la espalda. Como TORRE ya no tiene futuro, nadie se presentó. En política todo tiene interés.

Es la imagen de una desorganizada estructura priísta que, a pesar de los tres meses transcurridos, no ha sido capaz de iniciar el reagrupamiento con las huestes que siguen siendo fieles. El resto se fueron con el enemigo, con tal de no caer en la célebre realidad que veía CESAR GARIZURIETA “El Tlacuache”: Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error.

El tuxpeño conocía muy bien las debilidades humanas de esa burocracia canibalesca.

Otra vez en el Amalia los videos y el discurso. Más de dos  horas con la cátedra universitaria explicando con manzanitas las realizaciones de un gobierno.

Al final el odiado besamanos, una práctica que las mayorías del voto no toleran y que la siguiente administración promete corregir para no lastimar más al respetable.

La historia se ha consumado. Terminó ¿para siempre? la era de las corbatas naranjas, pero también la de los emblemas tricolores. El futuro de Tamaulipas se ve con paredes y cielos azules. El equipo que viene traerá su estilo y lo comenzará a imponer a partir del uno de octubre. Posiblemente la mezclilla, camisa vaquera, botas y sombrero.

Una vez realizada la toma de posesión, los tamaulipecos tendremos un año de paz y tranquilidad cívica. La siguiente elección será hasta el 2018. Para finales del 17 estarán apareciendo los precandidatos. Los alcaldes andarán en sus empeños por reelegirse.

Para el 2024, si Dios nos da licencia, ya veremos las elecciones unificadas. Cada tres años habrá urnas para renovar poderes federales, estatales y municipales.

No quisiéramos estar en Veracruz donde, cuando no ha terminado el proceso del 2016, partidos y grupos han iniciado la jornada del 2016. Se renovarán 212 ayuntamientos y otra vez a darse hasta con la cubeta entre los YUNES.

PD.- Los diputados del PANAL, ERIKA CRESPO CASTILLO y ROGELIO ORTIZ MAR, pidieron licencia hace una semana, pero con efectos a partir de este jueves. Hambreados, no quisieron dejar ir un solo quinto. Ya cobraron hasta la última quincena.