Por Guillermo Gutiérrez González
En tiempos políticos, entregas y traiciones saltan a la vista, dejar solo en el camino a candidatos para asegurar el hueso de un partido y sus dirigentes, son solo un ejemplo de que la política mal aplicada ahuyenta a quienes por vez primera habrán de emitir un sufragio para elegir a los nuevos gobernantes, los jóvenes hablan poco, pero cuando se trata de opinar manifiestan que la grilla apesta.
Mientras unos se desgarran sus vestiduras para alcanzar el poder o mantenerse en el mismo, otros aprovechan el momento para hacer jugosos negocios, no es necesario un juicio en puerta para enterarse que los ladrones pululan y estando cerca del circulo del poder hacen y deshacen sin temor a ser encarcelados.
Pent-houses en San Pedro Nuevo León, residencias en Houston o San Antonio o en las Taco Towers de San Diego, townshouses en Milán, Montecarlo o París y en los Pedregales y Lomas de la capital mexicana, son ejemplos de opulencia y, que decir de los majestuosos viajes al mundo entero con todo pagado, pero no en abonos a través de una agencia de viajes o con una tarjeta de crédito, por supuesto que todo en efectivo y en primera clase.
Como bien dice en sus conferencias, el profesor David Noel Ramírez, Rector Emérito del Sistema Tec, “pareciera que cada quien piensa en sí mismo y pretende acumular riqueza sin esfuerzo, recurriendo a cualquier medio y en especial a través de la corrupción”.
En la mesa de muchas familias hay temas, sino prohibidos expresamente, si implícitamente, tocar el tema de inclusión, de homosexualidad, del aborto, de religión y de política se convierten en incomodos, basta que un miembro piense diferente para que la bomba estalle, de ahí que se tome la decisión de mejor hablar del concierto de Luis Miguel, de los viajes al espacio, de la inteligencia artificial o de la serie de moda.
Pero abundando en esos temas, no es momento de callar. Con cordura, madurez y respeto, estos deben de ser abordados; sin ofensas, sin insultos, con meditación y responsabilidad. El rubro político puede ser el primer paso, basta reconocer que el futuro depende de tomar decisiones responsables, sin letargos o conformismos.
México nos necesita a todos, sin omitir jamás a nadie.
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