Cd. Victoria, Tam. Los entrevisté para la radio estatal en las viejas instalaciones del edificio “Miguel Alemán”, frente a Palacio de Gobierno, 16 Hidalgo y Juárez, tercer piso, cuando los “botellos” apenas nacían como trío.
Playeras vistosas, chamarras decoradas, pantalones de popote, tenis enormes, pelo grifo, patillas y bigotes de charro, muy ad-hoc con el gesto desafiante, la mirada retadora. Mejor que risas, risotadas.
Era todavía la alineación inicial, con voz y cuerdas de SERGIO ARAU, ARMANDO VEGA en el bajo y FRANCISCO BARRIOS (alias “el Mastuerzo”) en la batería.
Anfitrión y visitantes de pie, sobre la alfombra del estudio radiofónico, bajo el frío implacable del aire acondicionado, los recuerdo dando de brincos alrededor de mí, girando sin detenerse, como en carrusel.
Lo cual otorgaba un carácter aleatorio al destinatario de cada pregunta. Respondía quien fuera pasando al momento de extender brazo y micrófono.
Al pasar, uno de ellos dijo honrar la subcultura del albur, pero no solo la del (entonces de moda) cine de ficheras, sino sobre todo, la vieja tradición de PALILLO, MEDEL y el primer CANTINFLAS.
Irreverencia aguda, puntillosa, que iba más allá de divertir, buscaría sacudir la neurona, como alternativa vigorosa ante la estética y la moral dominantes.
-“Chulada de maíz prieto, cuánta pena a mí me das, que te apene ser morena, triste güera oxigenada, triste rubia superior, me relleva la tostada, ya cambiaste el molcajete por licuadora de broche…”
Sonaban fuerte con un ritmo de su invención al que llamaban “Guacarrock”, el rock de guacamole y mucho picante, albur mexicano a discreción y un estilo vacilador que parecía emplazado para remover la cerilla a las buenas conciencias.
Propuesta desafiante desde su nombre mismo, “Botellita de Jerez”, algo así como “tú lo serás”, “chingas a la tuya” o (en efecto) “todo lo que digas será al revés.”
La mayor fuerza estaba en sus letras, contestatarias, burlonas, porque musicalmente, dentro de su sincretismo, eran alegres pero tan sencillos que se volvían predecibles.
NACO-ROCK
Estilo ágil, por momentos más cercano al rock & roll de los sesentas que al rock duro de los años posteriores. Ritmo colorido, pegajoso, desternillante, con sonidos de cumbia, referencias al mariachi y los sones rancheros, mucho de blues.
La canción llamada “Charrock & Roll” arranca con una versión al requinto del “Son de la Negra”, para contarnos la anécdota de un campirano que los confronta en plena tocada.
-“Voy a mentarles una historia muy contada, lo que en un hoyo muy pesado sucedió, un charro negro interrumpió a media tocada, pistola en mano su caballo nos echó.”
Exacerbación de “lo naco” desde la portada de sus discos, como respuesta a la estética “fifí”, contraste acaso a la burocrática pulcritud del mundo ejecutivo, público y privado (“Naco es chido” fue el nombre de su tercer disco).
-“Desde aquel día todos los ritmos están fuera, adiós al punk, al cha-cha-cha y al a go-gó, todos los chavos traen espuelas y chaparreras, por que la raza del charrock se enamoró…”
A finales de los ochenta, tras la salida de SERGIO ARAU, se integrarían SANTIAGO OJEDA, RAFAEL GONZÁLEZ y EDUARDO GAMBOA.
En los noventas serán conocidos por su cumbia postmoderna “Abuelita de Batman” (tema de la película “Barman y Droguin”) en cuya letra decían…
-“En las fiestas de mi barrio, las mujeres hacen bulla, me persiguen por la fiebre de bailar la Baticumbia. El murciélago, me dicen, porque bailando de noche, las chamacas ya lo saben, del amor hago un derroche.”
La fraternidad de “Botellita” con otros proyectos musicales los llevó a combinar esfuerzos con “El Tri” de ALEX LORA (el viejo “Three souls in my mind”), entre otros.
Éxito notable, la canción “Alármala de tos” parte de una referencia muy directa a la revista policiaca donde se estaría reseñando la anécdota, toda una tragedia de barrio bravo:
-“Lola paciente mendigaba, sufría, su jefe la obligaba, con ella sacaba buena lana, la pobre era jorobada. Su madre le metía al talón, era perversa y de mal corazón. Su hermano vivía en el reventón, era lilo, amante de un panzón…”
Con el consabido estribillo que el público coreaba entre alaridos:
-“¡Alarma!, ¡alármala de tos!, ¡uno, dos, tres, patada y cos!”
Con algunas adaptaciones de estilo, la melodía sería interpretada después por “Café Tacuba”, sin duda uno de los proyectos más influidos por “Botellita de Jerez.”
Tanto así que en el “Vive Latino” de 2005, ambos grupos (botellos y tacubos) unieron voces e instrumentos para interpretar juntos dicho éxito.
DE PRONTO, EL NAUFRAGIO
La parte trágica de esta historia apenas nos llega. El pasado lunes primero de abril, ARMANDO VEGA, bajista fundador de “Botellita”, se quitó la vida.
Lo hizo en respuesta a lo que consideró “falsas acusaciones” de una fan anónima que durante el fin de semana decía haber sido víctima de abuso sexual por parte del músico.
Hombre sensible, ARMANDO no pudo resistir la perspectiva de un linchamiento en redes y medios, donde la culpabilidad suele darse por sentada, aunque la denunciante carezca de pruebas o (de plano) opere desde la oscuridad del anonimato.
Además de músico, VEGA era antropólogo, guionista cinematográfico, conductor radiofónico, escritor de cuentos infantiles, novelista policiaco, autor de libros de poesía (en total, 32 publicaciones en diversos géneros) y fue director también de un cortometraje animado.
Todo un personaje dentro de la cultura mexicana contemporánea, dejó una larga carta explicando que su suicidio sería una manera de protestar y fijar una posición extrema ante la calumnia.
No era confesión de culpa, sino todo lo contrario: una protesta contra la mentira. En sus palabras: “una radical declaración de inocencia.”
Este martes 2 de abril, sus excompañeros de grupo (FRANCISCO BARRIOS “El Mastuerzo», SANTIAGO OJEDA, PABLO HERNÁNDEZ) anunciaron la desaparición de “Botellita de Jerez” como grupo.
A partir de ahora, lo que cada uno haga en el mundo de la música será en otros proyectos o de manera individual, pero “Botellita” dijo adiós.
Desde luego, duele la forma, sorprende el despropósito que desencadenó esta tragedia personal, familiar, cultural. Amigos, parientes y seguidores del propio ARMANDO discrepan radicalmente con su decisión.
Tendría que haber dado la pelea ante la infamia, defenderse con argumentos sólidos y creíbles, armarse de razones. Optó por la salida rápida.
Noticia repentina y brutal, sacudida que no deberá quedar en vano, frente a la moralina de una opinión pública inquisitorial, que persigue y condena a menudo en automático, sin otorgar el beneficio de la duda.
Tenía 63 años, bastante por hacer, ya no está con nosotros ahora.
BUZÓN: lopezarriaga21@gmail.com
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