Por: Dr. Jorge A. Lera Mejía
La mayoría de los empleados mexicanos que laboran, legal o ilegalmente en los Estados Unidos (EEUU), laboran en sectores económicos de nivel medio remunerativo. Significa que no representan un capital humano de alta rentabilidad y educación, pero si ocupan sectores económicos de ingresos medios, arriba de los antiguos ingresos de los migrantes de primera generación, de los años 40 a 70’s del siglo pasado, cuando el mayor contingente migrante (diáspora), se ocupaba en el sector primario de la economía norteamericana, sea como pizcador o jornalero.
Por ello, hoy los migrantes mexicanos, están sectores de nivel servicios como restaurantes, construcción, hotelería, trabajos domésticos, por lo que son sectores que ahora se están viendo afectados por los precios, por la caída de la demanda, por el valor de las propiedades, por el aumento de la tasa de los intereses de los créditos, el aumento de materia prima.
Por lo anterior, se ha venido frenando un poco el flujo de las remesas, ahora que la economía norteamericana está entrando claramente a una etapa recesiva, con altos niveles de inflación y tasas de intereses inmediatamente altas.
El año pasado (2021) fue bueno para las remesas. El flujo del envío de dinero aumentó en países de México y Latinoamérica, especialmente en los que más ingresos perciben desde EEUU.
México, representa el segundo país a nivel mundial que más remesas recibe. En 2021 registró un aumento del 27.1%. En total durante ese año la economía mexicana recibió una inyección superior a los 54 mil millones de dólares que enviaron sus diásporas migrantes.
El director de Western Union para México, Centroamérica y El Caribe, Pablo Porro, aseguró que hasta el momento las remesas no han variado a un flujo negativo. Pero reconoció que el panorama económico no es estable.
Western Union reconoce que ahora se tiene un escenario tan volátil e incierto por lo que algunos indicadores que tienen relación directa con el desarrollo de los flujos de remesas muestran un futuro debilitamiento, por lo que estamos frente a una situación bastante inusual.
El flujo de las remesas en los siguientes meses del 2022 (cuarto trimestre), y en el año 2023, podría verse afectado a medida que aumenta la inflación y la recesión toca las puertas tanto de EEUU y de México. Así lo aseguran expertos en economía y algunos organismos financieros internacionales con sede en Washington DC.
En el caso de México y Latinoamérica, a medida que la inflación y la recesión impidan que las personas puedan aumentar sus ingresos, debido al alto costo de la vida impactada ahora por los altos niveles inflacionarios, habrá menos posibilidades para el envío de las remesas.
Ahora, la gente tiene trabajo, pero los salarios no son tan altos. Entonces, gasta más para suplir sus propias necesidades y tiene menos dinero para enviar a sus familias en forma de remesas.
Si hay una recesión o inflación en el país que recibe remesas, generalmente suben las remesas. Pero, si hay una recesión en el país que las manda, pueden bajar porque las personas tienen menos recursos para enviar dinero.
Por ello, en caso de que se confirme una recesión económica de los EEUU y que pudieran generarse despidos de personal en ese país, es previsible que las remesas familiares resientan la crisis.
Esta circunstancia tendría implicaciones relevantes para la economía mexicana, ya que las remesas familiares financian en promedio 6% o 7% del gasto de los hogares mexicanos, proporción que alcanza hasta 30% en los hogares que son receptores frecuentes de estas transferencias de dinero.
Además, el monto de las remesas es de tal magnitud que equivale a 140% de la inversión pública de México. Arriba de las divisas del petróleo, agrícola, turismo y la propia Inversión Extranjera Directa.
Los economistas estadounidenses señalan que la inflación y el incremento de los precios entre los productos de consumo básico se mantendrán en los próximos meses; mientras que la recesión empezará a ser más evidente a principios de 2023. Sin embargo, los cambios en la economía ya están afectando a las familias mexicanas, latinas e inmigrantes que envían remesas hacia sus países de origen.
El primer efecto se siente en las remesas, porque la economía de Estados Unidos se enfría y cuando la economía se enfría, la gente trabaja menos y el valor por hora de trabajo baja. Las personas que recibían dos mil o tres mil dólares de ingresos ya no van a recibir eso. Entonces van a poder mandar menos dinero para México y Latinoamérica.
REMESAS CAEN EN AGOSTO 2022:
Las remesas familiares que captó México, registraron una disminución de 5.80 por ciento en agosto respecto al mes previo, su mayor revés en 28 meses, de acuerdo con datos ajustados por estacionalidad del Banco de México (Banxico).
Por lo anterior, los flujos de remesas se ubicaron en 4 mil 759 millones de dólares en el mes de referencia, luego de alcanzar un valor récord en julio de este año.
Por lo anterior, la captación de remesas desaceleró su dinámica de una tasa anual de 16.54 por ciento en julio del año en curso y a 7.85 por ciento. Con esto, los flujos de remesas ascendieron a 5 mil 122 millones de dólares frente al máximo histórico de 5 mil 297 millones reportado en julio.