RESTRINGIR EL PASO A NORTEAMERICANOS

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POR ANGEL VIRGEN ALVARADO

Los alcaldes de las ciudades fronterizas localizadas en el norte del país están pidiendo con la seriedad necesaria, que el Gobierno Federal restringa el paso de los ciudadanos norteamericanos a México, para poder reducir, atajar, frenar, los brotes del coronavirus.

La petición se hace en base a que las autoridades del vecino país ya decretaron el final de la cuarentena que se había impuesto para que la gente no saliera a la vía pública.

Se tiene conocimiento que es en Estados Unidos donde se localiza el epicentro de la pandemia del coronavirus y donde se tiene el récord de muertos por esa causa.

Al levantarse la cuarentena, los residentes americanos y los ciudadanos de aquel país vienen a México a trabajar, a comprar víveres y a visitar a sus familiares.

Y si alguno de estas personas esta contagiada con el virus del COVID-19 y no lo sabe, por ser ASINTOMATICO, es decir, que no siente ningún síntoma de la enfermedad, pero sí está contagiado… anda contagiando a los demás.

¡Ese es el peligro!

El alcalde de Matamoros, Tamaulipas, recientemente declaró:

“… consideró que restringir el acceso, no solamente a Matamoros, sino a todas las fronteras de Tamaulipas y del país, sería una medida necesaria para contener el contagio de coronavirus”.

Las autoridades de Estados Unidos NO DEJAN PASAR A LOS MEXICANOS a su país.

No los dejan pasar ni a realizar compras.

Pero, ya vemos: DONALD TRUMP si cuida a su gente.

Eso mismo debiera hacer el Presidente ANDRÉS MANUEL. Ordenar, pedir o instruir a la Secretaría de Gobernación para que se cierre el puente internacional a las personas que no vienen a México por razones imperativas, necesarias.

En fin…

Ojalá y se actúe pronto porque si se le da largas a la petición de los alcaldes y gobernadores de ciudades y entidades fronterizas norteñas… sería lamentable.

Digo.

 

MI PECHO NO ES…

Informaron que tres médicos del Hospital General Dr. Alfredo Pumarejo dieron positivo de coronavirus.

Y en las redes sociales, el tres de mayo en la tarde, aparecieron estos datos:

#AlarmaRoja #Coronavirus

Compartan, este fin de semana entro al hospital un empleado de Little Caesars por una fuerte fiebre desde hace una semana el empleado de mencionada empresa se sentía mal a pesar de eso lo obligaron a trabajar, dio positivo el pasado viernes de coronavirus.

Esto pone en alarma a la población de Matamoros, ya que hace días hubo gran afluencia de personas afuera de la pizzería”

Esto se publica porque el Día del Niño la gente se arremolinó pidiendo pizzas en distintos establecimientos.

En fin…

Enterado está que los cementerios en Matamoros (y quizá en todo Tamaulipas, no se sabe de las disposiciones al respecto en los municipios más pequeños) estarán cerrados al público este 10 de mayo.

La medida perjudica, económicamente, a los vendedores de flores, vendedores de comida y fritangas que, año con año, se apostaban en las inmediaciones de los camposantos…

Pero, la medida es por la contingencia del COVID-19 y, a fe nuestra, está bien.

Página Web: www.angelvirgenalvarado.com

Por hoy, es todo.

P.D.- El E-mail…

Había una vez seis hombres ciegos que vivían en Indostán, que querían ampliar sus conocimientos y aprender cómo era un elefante, por lo que decidieron que cada uno, por la observación del tacto, podría satisfacer a su mente.

El primero, al acercarse al elefante, chocó contra su lado ancho y fornido, por lo que en seguida empezó a gritar:

«¡Bendito sea Dios! ¡El elefante es muy similar a una pared!»

El segundo, palpándole el colmillo, gritó:

«Oh! lo que tenemos aquí, es muy cilíndrico, suave, y aguzado. Para mí esto es muy claro, esta maravilla de elefante es muy parecido a una lanza».

El tercero se acercó al animal y tomó la trompa, la cual se retorció en sus manos. Así, audazmente dijo:

«Yo veo», acotó, «que el elefante es igual que una serpiente»

El cuarto extendió su ávida mano Y se posó sobre la rodilla:

A lo que más está bestia maravillosa se parece, es muy llano», comentó él; «Es bastante claro que el elefante es semejante a un árbol».

El quinto, que se arriesgó a tocar la oreja, dijo: «Hasta el hombre más ciego puede decir a lo que esto más se parece:

Niegue el hecho quien pueda, esta maravilla de elefante es igual que un abanico».

El sexto, en cuanto empezó a tentar a la bestia, asió su cola oscilante.

«Yo veo», dijo él, «que el elefante es como una soga».-

Y así, estos hombres de Indostán continuaron disputando ruidosa y largamente.

Cada uno se mantenía en su propia opinión, siempre más rígida y fuerte, por lo que no podían llegar a un acuerdo ya que, como podemos ver, aunque cada uno estaba en parte en lo cierto, todos estaban errados.

Ante esta parábola, no puedo dejar de preguntarme:

¿Cuántas veces no nos sucede lo mismo en nuestro trabajo, con nuestras relaciones y en otros aspectos de nuestra vida?

¿Cuántas veces sacamos conclusiones apresuradas, basándonos exclusivamente en un solo dato o sin detenernos a comprobar si nuestras fuentes son correctas y objetivas?

Con frecuencia pensamos que nuestra verdad es la verdad absoluta, siendo este pensamiento la causa de muchos de nuestros conflictos. En otras ocasiones, damos por hecho que los demás tienen que pensar y sentir lo mismo que nosotros.

Sin embargo no es así. Es por ello que siempre debemos tomar en cuenta que lo que nosotros percibimos y aseguramos que es la realidad, es sólo una parte de ésta. De hecho, podríamos hablar de nuestra realidad, la de los demás y la verdadera.

 

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