Marco Antonio Vázquez Villanueva
La toma de protesta, de investidura como rector le llamaron, de Damaso Anaya debe tener preocupados a muchos, porque fue más que un acto protocolario, porque al mismo acudió toda la clase política y los liderazgos sociales, el mismo gobernador Américo Villarreal estuvo presente, pero también porque pudiera significar el comienzo de un proyecto mucho más grande de lo que ahora imaginamos.
Los mensajes, por lo pronto, ya no son entre líneas, el Abogado General de la UAT, Carlos Mora García, por ejemplo, dice que no llevan prisa, que no se desesperan en hacer justicia en un presunto saqueo de recursos, pero que no despegan el dedo del renglón, siguen reforzando pruebas y aportando lo necesario, “lo importante era que no prescribiera el delito y no va a suceder, más temprano que tarde tendrá este tema un final feliz para los universitarios, los recursos tendrán que regresar”, sentencia.
Por lo demás, fue un acto clásico de universitarios, con toda la fuerza de la juventud, las esperanzas puestas en el nacimiento de nuevos liderazgos mientras los estudiantes recibían la promesa de que todo va a transformarse, se les mejorará la infraestructura, habrá más trabajo político y de vinculación que les permita una preparación más idónea, de mayor calidad y por lo tanto con mejores oportunidades.
Lo que cambio, y eso se agradece, fue que directores de facultades o unidades académicas llegaron solos, ya no traían sus grupos de choque o porros, ni siquiera los grandes equipos de ayudantía.
Y si, también se agradece que a la comunidad universitaria, a la UAT, se le ofrezca primero la infraestructura para una mejor academia, que el compromiso mayor sea mejorar la calidad educativa para no regresar nunca a ser una fábrica de desempleados, también que la UAT trabaje por los tamaulipecos aportando con sus estudiantes lo que reciben de adiestramiento en las aulas para bien de la sociedad.
Por eso le advierto que la ceremonia de Protocolo de investidura de Damaso Anaya como rector de la UAT, fue mucho más que un acto protocolario, fue marcar territorio, gritar que el control esta en sus manos, que la universidad trabajará a favor de la transformación, y sí, entre líneas se lee que el futuro es promisorio, algo que los universitarios no vimos en muchos años.
LA INFORMACIÓN OFICIAL DICE QUE Teniendo como testigo de honor al gobernador del estado, Dr. Américo Villarreal Anaya, se llevó a cabo la ceremonia de Protocolo de Investidura del MVZ Dámaso Leonardo Anaya Alvarado, quien rindió el juramento como rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) para el periodo 2024-2028.
En el marco de la Asamblea Universitaria Solemne realizada en el Gimnasio Multidisciplinario del Campus Victoria, el gobernador felicitó a la comunidad de la máxima casa de estudios por la elección de un rector respaldado por una larga trayectoria universitaria, “un perfil honorable y un consenso que, de forma ejemplarmente democrática, se expresó contundentemente y con una participación muy amplia, lo cual, creo, no tiene precedente”.
“Ha quedado perfectamente claro que en la Universidad Autónoma de Tamaulipas hay un nuevo liderazgo, y ese liderazgo es del médico Dámaso Anaya Alvarado”, aseveró el mandatario tamaulipeco.
Sostuvo que en la UAT hay un ánimo de renovación y un deseo generalizado por reencauzarla hacia la esencia misma de la vida universitaria, y señaló que, al renovar la vinculación con los distintos sectores sociales, asume cualidades para ser más solidaria y colaborativa.
“Se han superado condiciones que entorpecían su avance; ustedes han optado por la emergencia de un liderazgo transformador, humanista, íntegro, que les entregará extraordinarios resultados a los jóvenes y a los estudiantes”, indicó.
“Su amigo, el gobernador del estado, les convoca a ser universitarios integrales, a ser libres; libres de pensamiento, libres de conciencia, que son aspectos que solo ustedes pueden conquistar personalmente”, apuntó.
También destacó el compromiso en la formación de profesionales que, además, sean capaces de vivir e influir vitalmente según la altura de los tiempos. “Señor rector, teniendo muy clara la responsabilidad que este acto representa para usted, le reitero nuevamente que es un honor atestiguar su investidura. Le deseo el mayor de los éxitos. Verdad, belleza y probidad, por su misión, por su gran historia y por su prometedor futuro”, subrayó.
El MVZ Dámaso Anaya Alvarado fue investido como rector y recibió los símbolos del cargo, como la venera o medalla, insignia que durante siglos ha simbolizado un profundo reconocimiento por la entrega y el servicio a la educación en la universidad que se le confía; así como la toga, prenda universitaria que tiene sus orígenes en el siglo XI.
En su mensaje, el rector Dámaso Anaya Alvarado resaltó la presencia del gobernador, Dr. Américo Villarreal Anaya, y de su esposa, la Dra. María Santiago de Villarreal, en un acto que representa el inicio de la transformación de la máxima casa de estudios de Tamaulipas.
Recalcó el agradecimiento al Dr. Américo Villarreal Anaya y dijo que su respaldo hace posible el proyecto de renovación institucional que se ha planteado esta institución: “Nada de esto sería posible sin el respaldo invaluable de quien no ha titubeado en ningún momento para ello. Deseo agradecer a nombre de nuestra comunidad universitaria a un académico de estatura y convencido de la importancia de nuestras tareas. Señor gobernador, Dr. Américo Villarreal Anaya, muchas gracias; con su apoyo decidido, la Universidad de los tamaulipecos vivirá una nueva era renovada y de transformación”.
“Señor gobernador —continuó el rector—, la UAT es su aliada. Aquí estamos las mujeres y hombres de la academia que conformamos esta comunidad universitaria y que, como usted, también queremos lo mejor para Tamaulipas”.
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