Según RABINDRANATH (Nombre propio de origen bengalí que significa Dios del Supremo Sol) JUAREZ MAYORQUIN, Delegado de la Secretaría de Gobernación en Tamaulipas, dijo que “las diversas fuerzas federales que están operando en Tamaulipas, dejarían la entidad el 30 de septiembre”.
Existe un convenio firmado para la estrategia de seguridad con el actual gobierno y éste concluye el último día de este mes.
En caso de no renovarse, marinos, soldados y policías federales dejarían el Estado.
En la entidad realizan labores de vigilancia y patrullaje unos 13 mil elementos de seguridad, entre los que se hallan elementos de la Policía Federal, Secretaría de Marina (SEMAR), de la Defensa Nacional (SEDENA), de la Procuraduría Estatal y Fuerza Tamaulipas.
Dijo JUAREZ MAYORQUIN:
«El convenio está vigente, es Constitucional entre el gobierno actual y la Federación.
Para volver a valorarlo se marcan tiempos, el compromiso del actual es hasta el término de la administración”-.
Obviamente que la nueva administración que encabezará el gobernador electo, FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA ya debe tener contemplado este rubro.
¿HACE CUANTOS AÑOS, SEÑOR DON SIMON?
Charlábamos ayer que, en aquellos años, en los tiempos en que las víboras andaban paradas, el ciclo escolar en nuestro país iniciaba precisamente un día como hoy, DOS DE SEPTIEMBRE.
Las vacaciones anuales eran de dos meses.
Las vacaciones “grandes” porque había las “vacaciones chicas: 15 días en Navidad y 15 días en Semana Santa”.
El fin de cursos concluía a finales de junio y, otra vez, hasta el dos de septiembre con un nuevo curso.
¡Dos meses completos!.
Por ese entonces casi todos queríamos ser policía o bombero.
Cartero no porque caminaban mucho.
Pero cuando tomamos conciencia de las cosas y vimos que ser profesor era tener vacaciones de dos meses y vacaciones en fin de año y Semana Santa, trabajar solo de lunes a viernes y tener de cuando en vez algunos “puentes” de enlace de miércoles a lunes, otros de jueves a lunes… ¡Padre!.
Ser profesor en aquellos tiempos y ahora era y es, pasarla bien acá.
Y si te vas por el lado del sindicato y logras ser amigo del mero-mero Secretario General y te da dos o tres plazas, prepárate a ganar entre 70 u 80 mil pesos mensuales.
Me cae que si los hay.
Es más, yo conozco algunos profesores que ganan eso y más.
No digo sus nombres porque no estoy autorizado para ello pero, de que los hay, los hay.
El asunto es dar con ellos.
Hace años me comentaba un profesor de cuyo nombre solo voy a dar las iniciales: RUBEN SALAS RAMIREZ, que en paz descanse…”No sé por qué a mí me descuentan el Impuesto Sobre la Renta, que es el Impuesto el Producto del Trabajo ¡Yo no trabajo!”.
Y soltaba la carcajada.
Claro, algunos se lo festejaban pero… Otros no.
Buen viejo el profesor SALAS. Mejor orador.
Hubo un tiempo en que ser profesor era pertenecer a una clase dorada.
El profesor normalmente traía automóvil último modelo, vivía en una buena casa y no necesitaba pasaporte para ir a Estados Unidos. Con la sola credencial de la Secretaría de Educación Pública donde constaba que era profesor… Con eso tenía.
Pero todo fue acabando.
Así como cambió el ciclo escolar, también cambió la situación para los profesores.
Ahora, porque algunos profesores se quedaron mal acostumbrados y quieren seguir cobrando sin trabajar… Bloquean carreteras, calles y hacen plantones.
Pero ahora no están doblando al gobierno.
Y cuando vayan a cobrar y no les paguen, entonces van a sentir el rigor del acero.
Todo ha cambiado.
Pero lo que se quiere es que todo cambie para bien.
Digo.
LLEGARON LAS BANDERITAS…
Desde principios de esta semana, principalmente en la Plaza Miguel Hidalgo, vendedores llegados del interior del país, comenzaron a vender banderas mexicanas de todos tamaños, ante la próxima celebración del Día de la Independencia de México.
SEPTIEMBRE normalmente es conocido como EL MES DE LA PATRIA y la costumbre de comprar banderas mexicanas, sigue arraigada en todo el país.
¿De dónde vienen?, los vendedores dicen que de Guanajuato y otros aseguran ser de Jalisco.
Hay de todos precios y de todos tamaños.
CON LA VENIA DE MIS EDITORES… Nos leeremos el próximo domingo en CRONICA SEMANAL.
Por hoy, es todo.
P.D.- El E-mail…
Un hombre observó a un niño que estaba solo en la sala de espera del aeropuerto, esperando que anunciaran la salida de su vuelo.
Cuando el embarque comenzó, el niño fue guiado por la azafata a su asiento de ventanilla.
Casualmente, el hombre que le observaba, tenía su asiento al lado del niño.
El hombre contó que durante todo el vuelo el niño fue muy correcto y conversaba animadamente, en un momento sacó de su bolso un libro y varios lápices de colores, y se distrajo pintando y coloreando diferentes dibujos.
No demostraba nada de ansiedad o preocupación por estar en un avión.
En un momento, el avión entró en una tempestad muy fuerte, las turbulencias y las sacudidas bruscas me asustaron, como al resto de los pasajeros.
Pero el niño parecía estar en otro mundo, seguía concentrado en sus pinturas como si estuviera plácidamente sentado en la sala de su casa.
Aterrorizado por la situación, ya que parecía que no íbamos a salir con vida de semejante tormenta, me llamó la atención el comportamiento de este niño, ya que en ningún momento expresó miedo alguno.
Casi sin voz por el miedo, le pregunté:
“¿No tienes temor, no te das cuenta de que podríamos estrellarnos?”.
Con una voz de absoluta paz y levantando los ojos rápidamente de su libro me respondió:
“No, no tengo miedo ¡Mi padre es el piloto de este avión!”-.
-Cuantas veces has pasado por fuertes tempestades, por crisis, por problemas, por situaciones extremas, de las cuales pensaste que jamás ibas a salir y sin embargo sin darte cuenta, de repente, todo pasó.
Cuando eso ocurre, normalmente pensamos que hemos tenido mucha suerte.
Pero déjame decirte que no es la suerte la que te hace salir de una situación dolorosa.
Sin que lo notes, ni lo veas, tú y yo tenemos un piloto, que nos lleva por este mundo las 24 horas del día.
Él cuida de nosotros, está a nuestro lado cuando atravesamos las situaciones más difíciles y nos ayuda a llegar a nuestro destino, sanos y salvos.
Como el niño confiaba en su padre, aprendamos a confiar en ese maravilloso piloto, que nos cuida y ayuda con muchísimo amor a pasar por cualquier tormenta, dificultad o problema, por más difícil que éste sea.
Ese piloto se llama, DIOS.