Esperemos que las dos, eólica y solar, ambas muy necesarias y perfectamente compatibles, complementarias, al igual que la geotérmica y todas las fuentes renovables.
Aunque en su itinerario, el virtual presidente LÓPEZ OBRADOR parece insatisfecho con la industria del viento, si recordamos esas declaraciones tajantes que suscitan, por cierto, comentarios de preocupación entre la comunidad científica.
En alguna gira proselitista por Baja California, el tabasqueño tuvo oportunidad de contemplar desde el avión los generadores de energía, sus enormes aspas sobre el macizo serrano de La Rumorosa. Y se molestó.
Al llegar a Tecate (agosto 30 de 2017) soltó ante la prensa su reclamo porque “hayan puesto esos ventiladores en una zona tan bella del mundo, es una agresión al medio ambiente”, emprendiéndola de paso contra el mandatario panista de aquella entidad, KIKO VEGA, por apoyar “a inversionistas privados con dinero del pueblo.”
Lo cierto es que la política energética del entrante régimen federal es apenas una maraña de nombres y propósitos que (como todas las piezas sueltas en el mundo de AMLO) lucen pendientes de embonar o (para ser más precisos) se acomodarán y cobrarán sentido cuando le pegue la gana.
Ubicamos a ROCÍO NAHLE como la próxima secretaria de Energía, con LUIS ABELARDO GONZÁLEZ en la coordinación de energías renovables. También sabemos que el ingeniero OCTAVIO ROMERO estará al frente de PEMEX y el polémico MANUEL BARTLETT tendrá a su cargo la Comisión Nacional de Electricidad. Aunque de esto a la película completa dista un abismo.
**COYUNTURA LUMÍNICA**
En la columna de ayer comenté que el nuevo gobierno va a restringir su exploración de hidrocarburos a los depósitos convencionales cuya extracción se realiza sin necesidad de fracturar el subsuelo.
Se deshecha el fracking y con ello se reducen drásticamente las posibilidades de explotación. Incluso es factible que los ambientalistas logren convertir en ley la prohibición de dicho método, por considerar que contamina mantos acuíferos y representa un peligro franco para la salud de las poblaciones colindantes.
Como en todos los principios de sexenio, los buenos deseos abundan. Dice el NEW YORK TIMES que AMLO podría convertir a México en líder mundial en producción de energías limpias.
Ciertamente, la nueva administración federal arranca cuando el mundo se encuentra en plena transición energética. Hoy que los automotores evolucionan para primeramente convertirse en híbridos y luego 100% eléctricos.
Acaso por ello, porque la gasolina pertenece a una época que todos queremos dejar atrás, el hombre de Macuspana ha ido modificando su planteamiento.
Mal que bien, está escuchando a quienes le dicen que los hidrocarburos son más valiosos como materia prima que como combustibles. Lo decía, entre otros, el ingeniero HEBERTO CASTILLO MARTÍNEZ, hace medio siglo.
Y bueno, si repasamos las declaraciones de ANDRÉS MANUEL entre 2015 y 2016, el hombre todavía hablaba de construir 5 nuevas refinerías, amén de rehabilitar las 6 existentes.
Ya en la campaña constitucional el número se redujo a 2 nuevos proyectos (Tabasco y Campeche).
Sin embargo, en su actual etapa postelectoral, aunque insiste en fortalecer las plantas ya instaladas, ahora parece haber restringido su oferta a una nueva refinería, en Dos Bocas, Tabasco.
**GENERACIÓN SOCIAL**
En electricidad el panorama es igualmente interesante porque el país y el mundo entero, están transitando de manera decidida hacia la generación de energía eléctrica con tecnología de paneles solares.
Al presente mes de agosto, la revista FORBES calcula en 5 mil millones de dólares la inversión privada actualmente en marcha, con 40 centrales de energía solar en proceso de construcción que darán suministro a la CFE.
Aunque el asunto no es solamente entre empresas y gobierno. El usuario final, comercial o doméstico, se encuentra hoy en condiciones de instalar los respectivos paneles en su domicilio, con prometedoras ventajas.
Estamos hablando de la generación social de electricidad que desde cada hogar alimenta a la propia Comisión Federal y esta lo bonifica en el cobro bimestral.
El problema es de financiamiento porque el equipo (todavía) resulta caro, oneroso, para la alicaída economía familiar y aquí es donde cobra vigencia (de nueva cuenta) la oportunidad implícita en la presente coyuntura sexenal. Asunto que las administraciones estatales y federal tendrían la obligación de encarar.
Según el tamaño de la vivienda, la instalación puede variar entre 50 mil y 250 mil pesos para que el recibo de consumo eléctrico pueda bajar al 5%, al 10% o al 20% de su cobro normal (ahorros de 80%, 90% o 95%). Lo cual ya es bastante.
Corríjame el lector si me equivoco, pero tengo la impresión de que están financiando la reconversión solar únicamente al usuario de más alto consumo y dejando fuera al resto de la sociedad.
En los próximos años, la masificación de las celdas solares podría tener un impacto positivo acaso tan importante como el que AMLO espera de su guerra declarada contra la corrupción y los privilegios dentro de la propia CFE, ahora con BARTLETT a la cabeza.
BUZÓN: lopezarriaga21@gmail.com
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