El general ALVARO OBREGON, fue uno de los revolucionarios que más gozaban el sentido del humor, de una pronta improvisación y de una inmediatez a flor de piel, que lo llevaban a salir bien librado en situaciones comprometidas. “Antes de iniciarse los combates en Celaya, en abril de 1915, Don ALVARO disponía la estrategia a seguir, cuando uno de sus ayudantes se acercó a informarle preocupado.
― Mi general, la posición de Villa es privilegiada. Creemos que tiene más de veinte mil hombres. De un momento a otro nos atacará, y para apoyar sus cargas de caballería ha desplegado en el frente veintidós bocas de fuego.
― ¿Nada más veintidós bocas de fuego?, Pues entonces nos hace los mandados. ¡Nosotros llevamos a CIENFUEGOS! –dijo OBREGON, señalando al jefe de su Estado Mayor, de ese apellido.”1
Frente a un problema, la inmediatez, el sentido de vida, la rápida improvisación del General OBREGON, es enseñanza de la conexión con el universo. En plena transición democrática, es harto difícil encontrarla entre nuestros políticos nacionales, a quienes les falta visión de gran calado, altura de miras, viven pensando en las ‘próximas elecciones, omitiendo pensar en las próximas generaciones’.
Vivimos en un mundo marcado por un modelo digital que nos deshumaniza, –mientras la imprenta impactó en todo el mundo en 100 años, el mundo digital ha hecho la proeza de impactar en el orbe en tan sólo 4 años– la moderna tecnología ha hecho que el común denominador de los políticos y de los ciudadanos, pierdan la inmediatez y el ingenio.
En el planeta, por doquier corre como reguero de pólvora la violencia, el desaliento, con políticos carentes de genio, ingenio, de esa inmediatez que en el aquí y el ahora, resuelve problemas, la ciudadanía, que tiene derecho a equivocarse en las urnas, sabe que muchos están como ‘La múcura… Ni tienen cuerpo, ni tienen corazón’ simplemente vemos que frente a la dimensión de los problemas de nuestro tiempo… ‘No dan el ancho’.
HOY necesitamos encausar el sistema político a un profundo cambio, que de viabilidad al sistema, organice nuestra rica pluralidad, responda eficientemente a los retos actuales, democratizando nuestra costosa democracia, haciendo que las reformas estructurales aterricen en la realidad… ¡Se sientan en los hogares!.
Para nuestra partidocracia, las grandes reformas nos han insertado con éxito en la competitividad, pero sólo en sus estadísticas… Porque en la realidad, falta darles viabilidad en su conjunto, fortalecer la capacidad de las instituciones, para resolver satisfactoriamente los grandes problemas nacionales: Inseguridad, desempleo, impunidad, combate a la pobreza extrema, generación de empleos… etc.
HOY, en la agenda nacional hay reformas pendientes: La Segunda vuelta en la elección Presidencial, que lleve de la mano un Presidente con mayoría absoluta, que actúe con eficiencia en el escenario democrático; el Plebiscito, el Referéndum, que conlleven un régimen político que incentive el acuerdo, prevea conflictos, genere acuerdos, construya mayorías, enriquezca la acción de buen gobierno… Y de buenos resultados.
Para transitar con éxito y darle gobernabilidad a nuestra democracia se requiere: 1.- Eficientar las Instituciones;
2.- Responder con eficiencia ante los problemas; y 3.- Un Gran Acuerdo de Reconciliación Nacional.
En la realidad, el pánico desempodera a nuestros políticos, tienen miedo para ‘agarrar el toro por los cuernos’ y trabajar para aumentar la confianza en la partidocracia, que HOY más que nunca tiene un descrédito frente a los ciudadanos, que vemos a los partidos políticos con mucha fuerza, demasiado dinero… ¡Pero escasa representatividad social!.
Nuestra gobernabilidad enfrenta un serio problema, la incapacidad de nuestra partidocracia nacional para refundar nuestras instituciones y corresponsabilizarse de la funcionalidad de las reformas, que traiga aparejado un profundo proceso de trasformación nacional.
A gran parte de nuestros políticos les falta una pizca de ingenio, otra de inmediatez y otra más de sentido común, quien goza de las tres, posee un encanto que atrapa y cautiva, porque emplea a fondo sus capacidades, sus haberes y saberes, para afianzarse en la confianza del colectivo social.
A propósito del histórico fallo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que amparó a cuatro personas físicas para emplear marihuanacon fines recreativos y de autoconsumo, el viejo Filósofo de Güémez afirma:
“La marihuana causa amnesia… ¡Y OTRAS COSAS QUE YA SE ME OLVIDARON!”.
1 http://leyendascoloniales.blogspot.mx/2013/11/picardias-y-anecdotas-revolucionarias.html